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El exciclista Michael Boogerd admite haberse dopado

El holandés confiesa que utilizó EPO, transfusiones de sangre y cortisona en el momento de sus mayores éxitos en etapas del Tour de Francia y en la carrera Amstel Gold Race

Isabel Ferrer
Michael Boogerd, en el Tour de 2007.
Michael Boogerd, en el Tour de 2007.JOE KLAMAR (AFP)

Michael Boogerd, de 40 años y uno de los ciclistas más famosos de Holanda, ha admitido haberse dopado. Retirado ya del deporte, ha confesado que lo hizo entre 1997 y 2007, periodo en el que registró sus mayores triunfos: dos etapas en el Tour de Francia en 1996 y 2002, y la victoria en la carrera Amstel Gold Race (1999). “No me dopé de forma sistemática, pero siento haber participado en esa época del ciclismo. Me arrepiento de no haberlo dicho antes”, asegura en sendas entrevistas concedidas a la televisión nacional y el rotativo De Telegraaf. El Rabobank, la entidad financiera patrocinadora de su equipo, abandonó el ciclismo profesional el año pasado.

Lo usaba sobre todo en los entrenamientos, aunque también he corrido en el Tour sin nada; limpio”

“Lo usaba sobre todo en los entrenamientos, aunque también he corrido en el Tour sin nada; limpio”, añade. Como la fórmula del EPO podía detectarse, tomó cortisona. Luego se puso en manos del doctor Stefan Matschiner para que le transfundiera sangre en el laboratorio Humanplasma, de Viena. “En los años noventa, el dopaje se daba por hecho en este deporte. Yo quería ganar y acabé así en1997. Es mi responsabilidad y no tuvo relación con médicos como Eufemiano Fuentes, Michele Ferrari o Francesco Conconi”, asegura Boogerd. Mientras estuvo en activo, nunca falló un control de drogas y fue tres veces campeón nacional de su país, en 1997, 1998 y 2006. En total, sumó 53 victorias y quedó quinto en la clasificación general del Tour galo en 1998.

Herman Ram, director del Servicio holandés Antidopaje, ha indicado que se abrirá una investigación sobre lo ocurrido y “Boogerd podría ser despojado de sus títulos, o bien sancionado”. Muy popular en su tierra, el ciclista era un experto en las etapas de montaña y un ejemplo para sus compañeros de generación. En su despedida, hace seis años, aseguró que nunca se había dopado. Cuando estalló el escándalo de su colega estadounidense, Lance Armstrong, decidió negarlo todo. Incluso haber tratado a Matschiner en Austria. Al final, ha preferido confesar y pedir disculpas en público.

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