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“Los chicos no pueden perder la moral”

El Atlético y Simeone asumen por primera vez que el equipo atraviesa un bache

LADISLAO J. MOÑINO

El jueves, después de digerir la derrota ante el Rubin Kazan, Diego Pablo Simeone reconoció por primera vez que el Atlético atraviesa por un bache “No estamos encontrando la precisión que solíamos tener. Y defensivamente hemos sufrido algunos movimientos de desajuste. Creo que los equipos, durante una etapa tan dura como es el año futbolístico, sufren diferentes situaciones que hay que pasar. Quizá estamos en una de ellas”, advirtió, para de inmediato anunciar: “Y ante eso solo nos queda trabajar el doble”.

En el club también hay quien reconoce el bache y se espera que estas últimas derrotas “obedezcan al bajón clásico que tienen todos los equipos durante una temporada. También se habla en la zona noble de “que estos chicos no pueden perder la moral porque han hecho 20 partidos muy buenos” y de que “no es serio decir que el hecho de que la renovación de Simeone no se haya producido aún haya contribuido a este bajón”.

En el entorno del entrenador aseguran desde hace tiempo que “casi nunca ha renovado El Cholo sus contratos con tanta antelación como parecía que se iba a producir esta”. El club, según fuentes cercanas, trabaja en la contratación de un delantero internacional como posible sustituto de Falcao y trata de que Courtois continúe para darle a entender que tendrá un proyecto fiable.

El club busca un delantero como posible sustituto de Falcao y trata de atar a Courtois

La calma que transmitió Simeone en la sala de prensa es un chivato que delata esta primera vez con la derrota y el mal juego aumentando su frecuencia. El jueves el técnico bromeó con la traductora y ejerció un liderazgo sostenible al asumir toda la culpa en la orden de hacer subir a Asenjo a rematar el córner. Esta ha sido la decisión ofensiva más racial que se le recuerda como entrenador rojiblanco. Quizá le brotó ese arrebato que también tenía como jugador, que le hacía apostar a todo o nada cuando decidía descolgarse al ataque, rematar un balón aéreo o porfiar con todo una pelota dividida.

Ante el Rubin fue ambicioso el Atlético y tuvo actitud, pero jugó mal muchas veces atrás, en el medio y en adelante, en las transiciones más elaboradas a las que le obligó el bien plantado equipo de Berdyev. Abusó de la secuencia centro-remate desde las bandas (34) y hubo muy poco juego interior dañino, porque ni Falcao —lo hizo una vez bien y forzó la segunda amarilla de Sharonov— ni Adrián tiraron esos desmarques en profundidad entre el área y a ambos costados que tan bien hace Diego Costa y tanto le aclara al equipo los ataques.

No estuvo acertado en el pase el Atlético (142 malos), lo que en ocasiones desesperó a su parroquia. Todos los equipos tienen un mínimo que les hace funcionar o ganar partidos independientemente de que el juego sea mejor o peor. Y ese mínimo se lo marca la presión arriba, que solo existió en el segundo tiempo. Ese morder arriba acorta las combinaciones tras el robo y mantiene a sus defensas poco exigidos al evitar que les lleguen con claridad balones o delanteros.

La derrota ante los rusos, por inesperada, porque el Atlético defiende título y porque fue en el Calderón, ha sido dolorosa para Simeone, pero más doloroso parecieron resultarle los pitos hacia el Cata Díaz, una apuesta personal. Y, en otra excepción de estreno, discutió ante el micro la actitud de la hinchada. “¿Cuántos partidos llevan ganando estos chicos de local? ¿20? Creo que el que está al lado tiene que decirle: ‘no le silbes’. Tienen que estar orgullosos de los jugadores que tienen”.

Simeone rebatió la costumbre del aficionado de silbar cuando considera que un jugador no está acertado, algo que en Inglaterra, cuando un futbolista tiene actitud y el Cata la tiene, no sucede. El público en España suele ser así para decirle al entrenador que un jugador no está a la altura. Y, de manera indirecta, apunta a la gestión del técnico, que es el que decide las alineaciones y el que tiene que dar con las soluciones a esos problemas defensivos que hasta hace nada apenas existían y a ese jugar al límite con el que tan bien le iba al equipo. Esa tranquilidad también transmitía un grupo de directivos a la salida del estadio: “Hemos perdido pocos partidos”. Pero en el ambiente está la duda de si ese “ganar trae ganar”, que es una de las frases de cabecera de Simeone, puede convertirse en “perder trae perder”.

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Sobre la firma

LADISLAO J. MOÑINO
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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