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Un problema de cemento

Almagro, con récord perdedor en la superficie y contra los diez mejores, ataca 2013 cambiando el armado de sus golpes y optando al liderato en la Davis

Juan José Mateo
Almagro, durante el partido ante Daniel Gimeno
Almagro, durante el partido ante Daniel GimenoMANAN VATSYAYANA (AFP)

A Melbourne se llega por Praga. El 19 de noviembre, Nicolás Almagro se pasea sin esconderse por el aeropuerto de la capital checa. Es una especie de exorcismo, su penitencia en la derrota. Cuando desayuna, lee que ha perdido el punto decisivo de la final de la Copa Davis (República Checa, 3; España, 2) porque le ha podido la presión y se le ha derretido el cerebro. Sin embargo, su equipo de trabajo pone el acento en otro asunto. El murciano gana el 47% de sus partidos en pista rápida y solo se ha impuesto en el 23% de los que le han enfrentado a los diez mejores. Cuando el número 11 se cita para luchar esta madrugada (3.00) por las semifinales del Abierto de Australia con David Ferrer, ya sabe que su buen hacer en el torneo nace en que identificó qué le había llevado a la derrota en Praga: los problemas para adaptar su juego a pista rápida.

Uno tiene que ser completo: le hemos hecho trabajar más el resto y la movilidad" Antonio Cascales, coordinador de trabajo de Almagro

“La gente lo achaca al exceso de presión, a que se tensó demasiado en aquel partido… pero la presión era para los dos. Tuvo un problema táctico, que su juego no trabajó y no estuvo del todo preparado para superar la estrategia de Stepanek y una pista en la que la pelota botaba poco. Pusimos el acento ahí, en no poner la causa de la derrota en un aspecto exclusivamente mental, sino en uno táctico”, explica Antonio Cascales, el mentor de Juan Carlos Ferrero, que coordina el trabajo de Almagro con el técnico Samuel López. “Se lo planteamos diciéndole que hay que trabajar no lo que a uno le gusta, sino lo que a uno no le gusta, al revés de lo que estaba acostumbrado, porque siempre decía: ‘Eso con mi juego no va”, continúa. “Uno tiene que ser completo: le hemos hecho trabajar más el resto y la movilidad, que los puntos duren un poco más sin perder la esencia de su juego: pegarle duro a la pelota y dominar al contario. Que las series de pelota, en lugar de ser de cuatro y luego me da igual, que sean de seis y luego de ocho, para darle más intensidad a su juego. Es algo que siempre intenta eludir: jugar fuerte también moviéndose, cuando le desplazan. La final de la Davis nos ha servido para eso”.

A los 27 años, Almagro, que llegó a ser el número nueve, nunca había pisado los cuartos de un grande que no fuera Roland Garros (ahí los jugó tres veces y le detuvo siempre Rafael Nadal). El murciano lleva dos años dejando escapar la clasificación para la Copa de Maestros en la gira otoñal de torneos sobre cemento y bajo techo. Aspira a convertirse en el líder de España, a la que probablemente represente en la primera ronda de la Davis contra Canadá (1 al 3 de febrero), cita a la que no acudirán Ferrer ni Nadal. Acostumbrado a gobernar la gira invernal de tierra en Sudamérica, la presencia del mallorquín este año en esos torneos pone en peligro su ránking. Los puntos que sumará en Australia llegan como consecuencia de un trabajo específico: bolas lanzadas continuamente contra su cuerpo para que acorte los golpes y que así la pelota no le coma los pies sobre cemento; consejos para que baje más el culo al suelo y así gane en capacidad de respuesta en pista rápida, sin abandonar del todo su tradicional puesta en escena, bien tieso, porque su equipo tiene miedo de las tendinitis; insistencia en el sufrimiento, en el un-dos-tres-cuatro en los peloteos, variando los lados, antes que en el pim-pam-pum al que suele recurrir cuando le ponen a correr.

Otros resultados

Octavos. Hombres. J. W. Tsonga (Fr.)-R. Gasquet (Fr.), 6-4, 3-6, 6-3 y 6-2. J. Chardy (Fr.)-A. Seppi (It.), 5-7, 6-2, 6-2 y 6-2. Mujeres. S. Stephens (EEUU)- B. Jovanovski (Ser.), 6-1, 3-6 y 7-5. S. Kuznetsova (Rus.)-C. Wozniacki (Din.), 6-2, 2-6 y 7-5. V. Azarenka (Bie.)-E. Vesninca (Rus), doble 6-1.

“David tal vez sea el jugador que menos se adapta a su juego y el 0-12 pesa mucho, claro”, analiza Cascales sobre Ferrer, que busca su victoria 500 en el circuito. “No basta con tirarle un revés cruzado y uno paralelo. Hay que tirarle tres y tres para ganarle el punto. Es de los dos o tres jugadores que te juega todos los puntos del partido. Eso a Nico le cuesta. Eso le duele. Es una cuestión de intensidad mental. Nico tiene que ser más intenso y en algún momento aprovechar que tiene golpes más potentes”, sigue sobre un duelo que decide quién se enfrenta en semifinales al ganador del Djokovic-Berdych. “El perfil de Nico es el más frecuente. El de David, en la historia, se ha dado muy poco”.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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