Con el fútbol por delante

Desde la vuelta de las navidades, los empleados de Valdebebas han detectado a un Cristiano Ronaldo menos distante y más agradable. Lo mismo que percibió el lateral derecho del Celta Hugo Mallo cuando fue visitado en el vestuario por el delantero madridista tras la rotura de ligamentos que se produjo en la vuelta del partido de Copa y que le ha supuesto el fin de su temporada. El Bernabéu también ha atisbado una transformación a mejor en Cristiano. Así se lo hizo saber el miércoles aclamándole como balón de oro tras su reciente exhibición copera de tres goles y una asistencia. Por primera vez, el madridismo se le entregó unánimemente y le reconoció como un líder, una figura capaz de abanderar el intento de acabar con la crisis deportiva y el cisma que ha creado José Mourinho con las suplencias de Casillas.

En las cuatro derrotas ligueras no marcó CR, que lleva el 37% de los goles de su equipo

Con el club convulsionado por la crisis de resultados, las polémicas alrededor de su entrenador y con él mismo enfrascado en una renovación encasquillada por su relación distante con Florentino Pérez desde que en septiembre aireó su tristeza, Cristiano optó por un giro interior a su vuelta de las vacaciones. Procesó que la única manera de solucionar los problemas, los suyos y los del equipo, era poner el fútbol por delante, disfrutarlo, y rebajar su perfil más irascible. Le agradó la presencia de Florentino Pérez en la gala del Balón de Oro, a la que acudió sabiéndose perdedor, y en la que no estuvo Mou. También le satisfizo el gesto de Casillas, ante la mirada del Bernabéu, manteniéndole como capitán frente a la Real Sociedad cuando fue a ofrecerle el brazalete tras reemplazar a Adán. Y celebró con el técnico uno de sus tantos a la Real. Su ausencia de hoy (20.00) en El Sadar, un estadio hostil para el Madrid, por acumulación de tarjetas, le llega en un momento en el que siente esa comunión con la hinchada y en plena consciencia del impacto que su presencia supone.

Con un equipo que ha sido incapaz de mantener una línea constante de juego desde que se inició el curso, la trascencendia de su pegada se ha incrementado. Las cuatro derrotas ligueras (Getafe, Sevilla, Betis y Málaga) que han bajado de la pelea por el título a los hombres de Mourinho tienen el denominador común de que en ellas Cristiano no marcó. Sus números hablan de un futbolista capital para ganar partidos independientemente del fútbol que desarrolle el equipo. Sus 16 goles en Liga suponen un 36% de los 45 que suma el Madrid, copa un 40% de los remates a puerta, protagoniza el 27% de las jugadas en el área de su equipo, y el mismo porcentaje de las faltas que recibe su equipo. “No sé si está en su mejor momento. Desde que está aquí lleva más de 40 goles por temporada y si él está bien, nos irá bien. Desde que llegó tiene un papel importante en este equipo y en el vestuario. Por eso se pagó lo que se pagó por él”, dice Higuaín, que podría ser la solución junto a Benzema del problema que supone para Mourinho no poder contar con el jugador destinado a concretar mayoritariamente su propuesta ofensiva. La pareja ya suplió con eficacia una larga ausencia del delantero portugués en su primera temporada como madridista.

Históricamente, El Reyno de Navarra es uno de esos escenarios que obligan al Madrid a imponerse con algo más que su superioridad técnica, “un estadio jodido”, en palabras de Higuaín. A la cita también acude el vigente campeón con una defensa muy debilitada por las bajas de Pepe y Sergio Ramos, aunque con la novedad del regreso de Marcelo a la convocatoria. A la ausencia del lateral brasileño también ha sido muy sensible el equipo en términos atacantes. Ni Arbeloa ni Coentrão, este último también en la lista, al igual que el canterano José Rodríguez, han podido reemplazar la capacidad de Marcelo para desequilibrar y romper sistemas defensivos con sus incursiones por fuera y por dentro.