La colección de estrellas del nuevo rico
Ibrahimovic, con sus goles y asistencias, lidera un plantel confeccionado a golpe de talonario catarí pero incapaz de ganar el año pasado la Liga francesa
Con las sobras del PSG, el Valencia podría haber formado un gran equipo. El club de Mestalla tuvo apalabrado hace dos temporadas a Gameiro, el pequeño delantero del Lorient, antes de que el PSG se cruzara en su camino y pagara 12 millones de traspaso. El verano pasado, el Valencia también creyó tener en el bote a Van der Wiel, lateral derecho del Ajax, antes de que el potentado francés volviera a arrebatarle a otro jugador por seis millones. Hoy, Gameiro apenas juega en el ataque de Carlo Ancelotti y Van der Wiel entra y sale, compartiendo la banda con Jallet, sin convencer demasiado.Desde que aterrizara en París en 2011, Qatar Investment Authority (el fondo de inversión del Gobierno catarí para gestionar los excedentes del petróleo y del gas natural) ha invertido unos 250 millones en fichajes. Ni así pudo ganar la pasada Liga francesa, conquistada por el modesto Montpellier, en la fábula de la hormiga y la cigarra.
Pero parece que esta vez va en serio. El director deportivo, Leonardo Araújo, aquel fino lateral izquierdo brasileño que pasó por el Valencia a principios de los noventa, ha puesto la pasarela de ases en las manos experimentadas de Ancelotti, un Vicente del Bosque a la italiana. Un bonachón para domar tanto ego. El más pronunciado, el del sueco Ibrahimovic, está fino: líder de asistencias en la primera fase de la Champions (cinco) y autor de 17 goles en 15 partidos en el PSG. Llegó del Milan en verano, acompañado por el central brasileño Thiago Silva, en un paquete de 63 millones. Ambos están cumpliendo. No como Pastore, el interior argentino, superado por las expectativas. El PSG pagó por él al Palermo 43 millones, pero se ha ido apagando hasta perder la titularidad. No es fácil entrar en un equipo repleto de figuras, la última en incorporarse, ahora en el mercado de invierno, el volante brasileño Lucas Moura, de 20 años, por quien el São Paulo percibirá 43 millones.
El dinero catarí ha atacado especialmente a la Liga italiana. Además de Ibra, Thiago Silva y Pastore, el PSG compró del Nápoles a Lavezzi, el habilidoso delantero argentino, por 26 millones; del Pescara, al joven Verratti, un centrocampista de mucha proyección, por 11; del Palermo al portero Sirigu, suplente en la azzurra de Buffon; del Inter a Thiago Motta, el medio de contención de la cantera del Barça; del Juventus a Sissoko, otro mediocentro defensivo que pasó por el Valencia de Rafa Benítez; y del Roma a Ménez, un volante francés que puede actuar de tercer delantero junto a Ibrahimovic y Lavezzi. En la zaga de Ancelotti, junto al brasileño Alex, sobresalen el central internacional francés Sakho y el lateral izquierdo brasileño Maxwell, ex del Barça. En el medio del campo destaca Matuidi en compañía de Verratti y Thiago Mota. Un derroche de dinero y de talento a expensas del estado de inspiración de Ibrahimovic.
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