Carlos Sainz se vuelve salvaje

La estrategia de Carlos Sainz con su 4x4 Volkswagen en el Dakar era sencilla: con semejante mastodonte, intentaba no encallar en las dunas y recortar tiempo a los rivales cuando llegaba a los caminos marcados. Así lo ha hecho en las cinco ediciones en que ha participado desde 2006, ganando la de 2010 y quedando tercero en la del año pasado. Entonces su equipo decidió llevarse el dinero de la carrera ahora sudamericana, y Sainz se quedó sin un motor que forzar en la última edición. Para la que comienza el próximo enero, Qatar Red Bull Rally Team le ha propuesto montarse en un buggy. Un vehículo con tracción simple que cambiará necesariamente la estrategia del madrileño: el de ahora corre más cuanta más libertad tiene.

“El coche fuera de la pista es mucho más efectivo, mucho más ligero”, explicaba esta mañana el piloto en una rueda de prensa en un local de la Gran Vía de Madrid. “Ahora tendré que correr todo lo que pueda en las zonas rotas, en el desierto, porque esta máquina penaliza en el camino. Lo contrario de lo que he hecho históricamente”, comentaba Sainz de su nuevo coche, ese que se ha construido en California y que aún no ha probado.

No he hecho ni un metro de competición con un buggy en mi vida, ni uno solo con mi copiloto, y mi coche lo probaré por primera vez allí”

Todo parece nuevo para el piloto en esta edición. De formar parte de un equipo con cuatro vehículos y 100 personas se ha embarcado en un proyecto independiente “con 22 trabajadores” y solo otra máquina amiga. Esa con la que también competirá y que, además, conduce el ganador del Dakar 2011, Nasser Al-Attiyah, y que copilota Lucas Cruz, el español con el que Sainz se impuso en 2010. “Es una pena que no podamos correr juntos. Intenté que nos intercambiásemos los copilotos, pero Lucas estaba en una situación política complicada y ya se había comprometido con él [Al-Attiyag]”, ha explicado Sainz, al que, como en un cambio de cromos, le copilotará el antiguo compañero del catarí, Timo Gottschalk.

“Mi desconocimiento en cuanto al potencial del coche es total. Con Volkswagen se hacían unos tres dakares de preparación. No he hecho ni un metro de competición con un buggy en mi vida, ni uno solo con mi copiloto, y mi coche lo probaré por primera vez allí”, ha dicho Sainz. Aquí, entonces, habrá que mirar las cosas buenas, una ventaja a la que los pilotos le han dedicado esta mañana bastante atención: las ruedas se pueden inflar y deshinchar sin bajar del coche cuando hay dunas blandas por delante. “En un 4x4 se tarda unos cinco minutos. Nosotros nunca parábamos a hacerlo, pero en el caso de que ahora debamos, con el buggy te lo evitas”, ha explicado el bicampeón del Mundo de rallies. “Esta ventaja se pierde cuando toda la etapa es por arena, como en las primeras de esta edición”, ha proseguido Cruz.

¿Y por qué volver con un tipo de vehículo que no gana la competición desde hace 12 años? “Es un proyecto a tres años”, ha anticipado Cruz. “Yo iré viendo año a año. Creo que con tiempo y desarrollo, con la reglamentación actual este puede ser un coche ganador”, le ha replicado Sainz, que ya tiene un nuevo objetivo: “Mucha más aventura. Intentaremos llevar los dos coches a la meta”.