“El relevo generacional ya está en marcha”
El nuevo seleccionador español repasa su trayectoria desde las categorías inferiores hasta el banquillo de la absoluta y sus retos
Juan Antonio Orenga (Castellón, 1966) mastica las palabras cuando habla como nuevo seleccionador español de baloncesto. Acaba de sustituir a Sergio Scariolo al frente de la mejor generación de la historia. Del cuidado de los jóvenes en las categorías inferiores ha pasado a la gestión de un grupo inolvidable.
Pregunta. ¿Cómo recuerda el momento en que le nombran seleccionador?
Respuesta. Estaba a punto de coger un avión de Melbourne a Sidney. Suena el teléfono y es el presidente \[José Luis Sáez\]. Hablaba todos los días con él porque tenemos contactos con las federaciones de Oceanía. Y me dice que Sergio [Scariolo] se va y que yo cogía el equipo.
P. ¿Y cómo pasó el vuelo?
R. Con tranquilidad. Llevo nueve años en la federación. Me he adaptado siempre a los retos que me han puesto: la sub-18, sub-19 y sub-20, y ayudante de la sénior los últimos cuatro años. Ahora voy a hacer el mismo trabajo. Antes comentaba con Sergio las líneas a seguir, y ahora lo hablaré conmigo. Es un sueño, una utopía. Mi ilusión era entrenar a España. Mi camino como jugador y como técnico me ha llevado aquí.
P. ¿Ha hablado con Pau Gasol y con Navarro?
R. Con Pau no he hablado todavía. Con Juan Carlos, sí. Ahora tendré con ellos un contacto más cercano. He hablado con otros jugadores y la sensación es muy positiva. El apoyo por parte de todos es muy patente.
El proceso se ha producido de manera tan natural que no nos hemos dado cuenta”
P. ¿Por qué cree que le han elegido a usted?
R. Es dar continuidad a un proyecto, seguir una línea de vida y de trabajo. Si a los jugadores los estamos formando para que vayan subiendo, lo mismo ocurre con el puesto de entrenador. Esto no es una novedad. Ha pasado con Lolo Sainz e Imbroda, con Imbroda y Moncho López, con Moncho y Mario Pesquera… Esa tendencia se rompió y ahora se vuelve a ella. Como asistente atesoro un montón de experiencias y de vivencias. Eso lo he compaginado con la sub-20, con el reto de ganar el Europeo en Bilbao. Mi nombramiento representa la firmeza con la línea que se sigue en la casa.
P. ¿Qué aporta usted en esa línea continuista?
R. El conocimiento de la casa, de la competición y del grupo, mi experiencia como jugador internacional durante 10 años, y el conocimiento de lo que viene por debajo. Con la sub-20 gané la plata de 2007 con Llull, Pau Ribas, Xavi Rey... jugadores que ahora están arriba. Ese camino lo hemos hecho juntos. Conozco la trayectoria y evolución de los jóvenes.
Con Pau aún no he hablado. Con Navarro, sí. El apoyo que tengo de todos es patente”
P. Pero usted solo ha dirigido 15 partidos en la ACB...
R. Hay caminos que se cogen. Pablo Laso y yo dejamos de jugar a la vez y empezamos a entrenar a la vez. Él cogió el camino del club y yo tuve la experiencia de Estudiantes [2005] y seguí con la federación. Aquí siempre han confiado en mí y cada vez me han exigido más. Soy la apuesta por la continuidad. Mi experiencia es el día a día. Yo la saco de todas las cosas, no solo de estar en un club. Lo que he vivido en la federación es un lujo. Lo que es difícil es llegar de fuera y adaptarte a cómo funciona un grupo de selección.
P. ¿Le han molestado las críticas a su nombramiento?
R. No. El 99% han sido mensajes de apoyo. Cuando estuve en Estudiantes y me criticaban, mi hijo mediano me dijo: “Papá, si Dios no le gusta a todo el mundo, ¿cómo pretendes tú gustarle a todos?”. Eso es la libertad de expresión. No puedo gustarle a todos. Voy a trabajar y esperar que los frutos lleguen. Y aunque lo haga bien, habrá críticas. He oído: “Ya era hora de que Scariolo se fuera”. ¡Y ha ganado dos oros europeos y una plata olímpica! Estoy expuesto a eso, y más ahora que todo el mundo opina en las redes sociales.
P. ¿Usted las usa?
R. No. No tengo Twitter. Facebook lo abrí por trabajo, pero no lo he usado desde hace mucho.
P. ¿Cómo recuerda esos 15 partidos que entrenó a Estudiantes?
R. Con una tremenda ilusión, con mucho trabajo por pasar de jugador a entrenador, y con muchos problemas en el equipo. Carlos Jiménez quiso irse y no pudo. Solo teníamos un americano. Había poco dinero, cambios… mucha incertidumbre. El camino hacia arriba no tuvo continuidad y se cortó. Eso me espoleó para seguir trabajando.
P. ¿Se sintió infravalorado?
R. En Estudiantes no hubo paciencia conmigo. Era un proyecto joven a largo plazo. La inmediatez del día a día hizo que me echaran. Si nos vamos para atrás, recuerdo que a Guardiola estuvieron a punto de despedirle porque decían que no tenía consistencia.
P. ¿Ha tenido luego otras ofertas en ACB?
R. Sí. No las acepté. En la federación estoy muy a gusto. Confían en mí y eso lo intento devolver.
P. ¿Qué ha aprendido de trabajar con los chavales?
R. Que la imagen es la de los mayores. El grupo tiene que ser más que un equipo, solucionar los problemas entre todos. Yo tengo que ser honesto con los pequeños igual que con los mayores. Cuando pides un extra, siempre vuelve.
Soy la apuesta por la continuidad. Mi experiencia es el día a día”
P. ¿Eso se puede trasladar a un vestuario lleno de estrellas?
R. Es lo de los mayores trasladado a los pequeños. Los mayores llevan esa línea y se transmite hacia abajo. En el Europeo de Lituania, vinieron a jugar el all star de los jóvenes Álex Abrines y Álex Suárez, y tuvieron la oportunidad de estar con nosotros, de comer, cenar, entrenarse, ver… y me decían: “Juan, ¡hacen lo mismo que nosotros!”. Ver que todo es igual de arriba abajo es muy importante. La imagen de arriba es un referente para todos.
P. ¿Qué es más importante para el entrenador, saber mucho del juego o gestionar el vestuario?
R. Las dos cosas son muy importantes. He de tener un nivel de baloncesto al máximo, porque los jugadores me lo van a exigir, y ser un buen gestor de recursos humanos en situaciones complicadas.
P. El grupo se ha autogestionado a sí mismo hasta ahora...
R. Es un grupo que funciona muy bien. Se gestiona muy bien y admite la gestión externa sin ningún problema siempre que todo vaya bien y tenga una lógica.
Aporto conocimiento de la casa, del grupo, y de los jóvenes que vienen por debajo”
P. ¿Qué necesitan jugadores como Pau y Navarro?
R. He de escucharles, como a todos. A veces los entrenadores nos cerramos y los jugadores tienen mucho que decir. La experiencia y el liderazgo que tienen Pau y Navarro se tiene que aprovechar, escuchando y hablando.
P. ¿Cómo ve el relevo que ha de emprender la selección?
R. Se dice que hay que renovar el equipo... Pero es que de la generación del 80 quedan solo tres: Pau, Calderón y Navarro… Están Rudy, Marc, Llull, Ibaka… Ese proceso se ha ido produciendo de una manera tan natural y sencilla que no nos hemos dado cuenta. El relevo generacional ya está en marcha, seguirá estando y no se ha notado, que es lo más importante. Los jugadores son todos líderes en sus equipos. Se conocen todos. Marc, Rudy, Llull y Ricky ya han cogido el relevo.
P. ¿Tiene ahora menos tiempo para leer?
R. Aprovecho en los aviones y cuando voy a dormir. Estoy con una novela histórica sobre El Faro de Alejandría y releyendo La vieja sirena, de José Luis Sampedro.
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