Villa, ‘enfermo’ por el gol
El Guaje supera la cifra de los 300 tantos con un doblete en la Copa y completa un partido por vez primera desde que se fracturó la tibia
Dice David Villa que le gusta especialmente marcar con la cabeza. “No es mi fuerte, así que siempre me alegra hacer un gol con una parte de mi cuerpo con la que me resulta más difícil”, declaraba minutos después de superar la barrera de los 300 tantos. Lo hizo con un doblete en el partido de Copa contra el Alavés. El primero fue bellísimo: una falta, un disparo con la derecha al que dotó de un depurado efecto; se coló por la escuadra, inalcanzable. En el segundo, el número 301, acompañó la jugada, con el olfato del 9 que siempre fue, y culminó una hermosa asistencia de Thiago y el posterior pase de Tello, muy generoso, esta vez con la izquierda.
No marcó con la testa, pero, por fin, jugó los 90 minutos por primera vez desde que se fracturara la tibia en diciembre del año pasado. Tras ocho meses de baja, Villa ha ido apareciendo con cuentagotas. “Ha estado un poco con la mosca detrás de la oreja este tiempo. Era siempre el primer cambio y no jugaba todo lo que quería. Pero había un plan perfectamente trazado. Tito, igual que hacía Pep, se esfuerza por administrar bien los minutos”, señalan fuentes de su entorno.
“Hacía mucho tiempo que no completaba un partido; estoy contento de haber aguantado bien. Paso a paso”, dijo, cauteloso, en el plató de BarçaTV. Ausente Messi, también Iniesta, el asturiano asumió el rol protagonista. Y, para su felicidad, terminó de 9 después de que Vilanova corrigiera la posición de Thiago, que inicialmente ejerció de falso ariete. “Él sigue sintiéndose más cómodo en esa posición, pero tiene muy asumido su papel cuando debe pegarse a la banda. El equipo cambia mucho con Messi, pero sabe que no puede competir con él”, apuntan.
301 goles: del Nàstic al Alavés
-Su idilio con el gol arrancó en un partido contra el Nàstic. Lo firmó con la camiseta del Sporting. Desde que empezó en la temporada 2000-2001 marcó 40 goles en tres cursos.
-En el 2003 debutó en Primera División con el Zaragoza, dirigido por Paco Flores, y consiguió marcar 40 goles en dos temporadas.
-Su llegada al Valencia fue un paso hacia delante en su carrera. Compartiría vestuario con Silva y Mata y, en cinco años, llegaría a anotar 128 goles en 225 partidos. Consiguió cuatro trofeos Zarra, como máximo goleador español.
-En las tres temporadas que lleva en Barcelona, y a pesar de la grave lesión sufrida hace aproximadamente un año, ha logrado 40 goles, el último contra el Alavés.
-Desde su debut en 2005 con la Selección, ha jugado 85 partidos y ha marcado 53 goles, que le convierten en el máximo goleador de La Roja.
La posición no es nueva para Villa, que ha ocupado muchas veces el costado izquierdo con la selección española. “Mi trabajo en el Barça no es solo meter goles”, diría cuando se empezó a cuestionar su grado de felicidad al aterrizar en una plantilla que gira en torno a la figura del argentino. Renunciar a la posición de delantero puro supone para Villa un mayor esfuerzo físico y menos focos.
La exigencia de Vilanova, como lo era la de Guardiola, es que de profundidad, tire desmarques y esté pendiente de cuestiones defensivas, que tape espacios, que ejerza la primera línea de presión. “Su labor es menos visible, pero los entrenadores valoran otras cosas”, añaden las mismas fuentes. Ese mayor despliegue físico al que le somete el Barça ha obligado a que su reaparición se haya producido poco a poco.
Aún así, suma 40 goles en dos temporadas y media. ¿Se vuelve a sentir importante?, le preguntaron el miércoles. “Siempre me he sentido importante, incluso estando lesionado”, respondió él, que vivió la llamada de la selección en septiembre como una bocanada de aire fresco. Todavía no estaba al 100%, pero entrar en aquella convocatoria para jugar contra Arabia Saudí, en partido amistoso, y Georgia, aunque ya no tuvo minutos, le hizo ganar confianza. La que quizás le faltaba en el Barça en aquellos inicios de la Liga, a pesar de que había marcado en la primera jornada, contra la Real.
Sobre sus 301 goles Villa concedió que ha habido muchos bonitos y otros muy importantes. “Y de cada uno, desde el primero que marqué hasta el último, me quedo con un gran recuerdo”. Y no es broma. “Es un enfermo, tiene una especie de memoria fotográfica, recuerda dónde, cómo y hasta el resultado del partido”, concluye su entorno. Aunque vaciló sobre cual había sido el primero e inicialmente declaró en BarçaTV que se lo hizo al Oviedo, cuando había sido al Nàstic, podría anotarlos todos. “Si me das tiempo y un papel los saco”, dijo entre risas. Y siguió: “El más bonito fue el de A Coruña, con el Valencia, un gol desde el centro del campo; además el partido acabó 0-1. El más importante, lo digo siempre, fue el de la final de la Champions en Wembley”.
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