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Arda y Koke llegan a tiempo

El turco, a pase del canterano, da la victoria al Atlético (0-1) ante un Granada que mereció más

LADISLAO J. MOÑINO
Arda Turan, en el remate que supuso el gol del triunfo del Atlético
Arda Turan, en el remate que supuso el gol del triunfo del AtléticoMiguel Ángel Molina (EFE)

La llegada de la segunda línea, la obsesión de Simeone para paliar las posibles sequías de Falcao, y ahora atraviesa una de ellas, le dieron al Atlético los tres puntos en un partido que casi nunca domesticó. Arda empujó un centro medido de Koke tras porfiar Diego Costa por un balón en la frontal del área.

El centrocampista canterano y el delantero brasileño fueron los remedios que puso Simeone a un primer tiempo mediocre de su equipo, que se vio obligado a defender ese 0-1 en inferioridad por la expulsión de Mario Suárez. El Atlético se encontró en Granada con una fotocopia propia. Con un equipo que le redujo utilizando sus propias virtudes. Se impuso el Granada en la colocación, en la batalla de los espacios y a partir de ahí metió al en su campo al equipo de Simeone. Le ganó en los pares en la salida del balón y obligó al Atlético a saltarse su línea media con pelotas largas. El resultado fue la misma desnutrición que padece Falcao en los últimos partidos, sincopado como goleador por falta de fútbol. Solo con 0-1 en el marcador y cuando el Granada se desvistió para buscar el empate tuvo cerca el gol, pero desaprovechó un par de ocasiones claras. Se han visto algunos síntomas en el Atlético desde Valencia que explican su desmejoría. Mantiene la solidaridad defensiva, pero ha perdido parte de la ofensiva. Sobre todo por los costados, donde antes Juanfran y Filipe Luis siempre encontraban apoyos en corto par hacer el dos contra uno. Ahora, muchas veces emprenden aventuras en solitario. No sienten a Arda cerca, tampoco a Raúl García, más dedicado a la diagonal para pisar área que a perforar la banda. No encontró el Atlético fútbol por fuera, ni por dentro, ni en largo, ni en corto.

Granada, 0 - Atlético, 1

Granada: Toño; Nyom, Diakhaté, Borja Gómez, Siqueira; Mikel Rico, Iriney (Ortiz, m. 75); Torje (Orellana, m. 71), Brahimi (Ighalo, m. 73), Benítez; y El Arabi. No utilizados: Roberto, Moisés, Iñigo López y Angulo.

Atlético: Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe; Mario, Gabi; Raúl García (Koke, m. 58), Adrián (Diego Costa, m. 46), Arda (Tiago, m. 73); y Falcao. No utilizados: Asenjo, Cata Díaz, Emre y Cebolla Rodríguez.

Gol: 0-1. M. 60. Arda, a pase de Koke.

Árbitro: González González. Expulsó a Mario Suárez (m. 70) por doble amarilla. Amonestó a Diego Costa, Iriney, Diakhaté, Godín y Filipe Luis.

Unos 22.000 espectadores en Los Cármenes.

Desarmado con sus propias cartas, el Granada sometió a los colchoneros desde el manejo de Mikel Rico, uno de esos futbolistas sin nombre que se refuerzan con todo el sentido que le ponen al juego. Escudándose en el trabajo de Iriney desplegó a su equipo con un reparto de la pelota exquisito. Siempre a la búsqueda del camino más corto. Fruto de ese dominio, el Granada rozó el gol. El-Arabi puso a prueba los reflejos de Courtois en un barullo en el área tras un saque de esquina. De otra jugada, en el córner contrario, se originó la otra gran ocasión local. Perdió la pelota el Atlético en un intento de jugada de estrategia fallido y concedió una contra inhabitual para el libreto que tiende a manejar. Otro tic más de debilidad en un equipo que se retroalimenta de su intención de ser competitivo. Igual que el descuido en el cambio de Adrián por Diego Costa. Si Pedro jugó con un dorsal de esparadrapo en Coimbra, ayer el Atlético saltó al campo, tras el descanso, con diez jugadores porque el cambio de Diego Costa no estaba preparado.

Entró el brasileño por Adrián, sin nada que hacer ni que inventarse con lo que hizo su equipo en el primer tiempo. Diego Costa se ha convertido en uno de los valores más fiables que se encuentra Simeone cuando le echa un ojo a lo que tiene a su disposición. No le defrauda en términos de actitud y le va bien ese juego vertical y vertiginoso.

La salida de Koke, aunque solo fuera de manera puntual en el gol, también fue decisiva porque hizo lo que Raúl García no tiene entre sus mejores virtudes. Se desdobló por banda para poder asistir a Arda con una rosca precisa al segundo palo. Ha perdido juego combinativo por dentro el Atlético y Koke se lo solía dar, pero el poder goleador de Raúl García le ha relegado al banquillo últimamente.

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Sobre la firma

LADISLAO J. MOÑINO
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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