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El Valencia gana sin jugar a nada

Un postrero gol de Soldado de penalti (2-1) derrota a un Espanyol que mereció más

Soldado anota, de penalti, el gol de la victoria del Valencia
Soldado anota, de penalti, el gol de la victoria del ValenciaManuel Bruque (EFE)

Acostumbrado a vivir en el alambre, el Valencia ha aprendido una nueva manera de ganar: sin fútbol. Le basta aplicar en el último cuarto el poder de intimidación sobre las defensas contrarias de Soldado y Valdez, cazar alguna acción aislada y disimular una catarata de carencias. Así va sumando sus victorias en casa, maquillando su escasa contabilidad fuera de Mestalla. Esta vez a través de un penalti muy discutible por manos de Héctor Moreno, que se había deslizado por el césped para interceptar un centro desde la derecha de Barragán. La jugada venía precedida por una falta clarísima sin señalizar de Banega. De ahí la ira de los jugadores de Pochettino, expulsados Moreno y Sergio García tras encararse con el árbitro. Pese a lo tétrico de su clasificación, el Espanyol meció sin complejos la pelota y solo le faltó remate para hacer valer su mayor presencia en la medular. Es un equipo que se desangra en las dos áreas.

Valencia, 2 - Espanyol, 1

Valencia: Diego Alves; Barragán, Rami, Víctor Ruiz, Guardado; Feghouli, Albelda (Banega, m. 67), Tino Costa, Viera (Bernat, m. 67); Jonas; y Soldado. No utilizados: Guaita, Valdez, Parejo, Quintanilla y Gayà.

Espanyol: C. Álvarez; Víctor S., Raúl R., H. Moreno, V. Álvarez; Forlín, C. Gómez (Tejera, m. 70); Sergio García, Verdú, Wakaso; y Longo (Christian, m. 80). No utilizados: K. Casilla, Raúl Baena, Javi López, Colotto, Simão.

Goles: 1-0. M. 15. Viera. 1-1. M. 30. Longo. 2-1. M. 88. Soldado, de penalti.

Árbitro: Cerro Grande. Expulsó a Héctor Moreno y a Sergio García (m. 87) por protestar al árbitro. Amonestó a Albelda, Jonas, Soldado, Víctor Ruiz, Tino Costa, Guardado, C. Álvarez, Raúl, Forlín, Barragán y Wakaso.

Unos 35.000 espectadores en Mestalla.

Sin Gago ni Banega al mando, el Valencia fue de una vulgaridad aplastante. Pelotazo va pelotazo viene en busca de algún error o infortunio en la defensa del Espanyol, puntual al cuarto de hora. El rechace del central Raúl golpeó en la cara de Jonas y se convirtió en un pase en profundidad a la carrera de Jonathan Viera. El volante canario llegó con ventaja, entró en el área y no se dejó impresionar por la presencia de Christian Álvarez. Al contrario, le colocó el balón, raso y muy suave, al palo alejado. Viera invita a pensar en un jugador diferente, pero hasta ahora solo ofrece ciertos destellos de grandeza, sin concretarse en una actuación convincente.

Pese a sus fisuras defensivas, el Espanyol no perdió la fe en su juego de entrelíneas. Las zonas blandas ocupadas por Sergio García y Verdú despertaban cierto optimismo en la cuestionada figura de Pochettino. Su equipo nunca tuvo prisa. Ni cuando trazó una jugada larguísima, raseando desde su lateral izquierdo, V. Álvarez, que fue superando todos los obstáculos blanquinegros. La magnífica prolongación de Sergio García dejó el camino despejado a Verdú hacia la línea de fondo. Su centro era sencillísimo. Un toque con la izquierda y el remate de Longo, también solo ante Diego Alves. La fortuna se alió con el delantero italiano: un resbalón le permitió picar cayéndose el balón con la zurda. Ante el asombro de Alves.

Cada vez más cómodo, el Espanyol fue creciendo en el centro del campo a partir del toque de Verdú y Sergio García, mareando en un rondo a Albelda y Tino Costa. Estaba Soldado achicando agua en su propia área cuando Mestalla cargó contra su exasperante equipo. Pese a la evidencia, Pellegrino tardó en reaccionar mientras que Pochettino sabía que era su momento. Lo desaprovechó.

La incorporación de Banega tampoco surtió efecto en un primer momento. Perdió regates y pases fáciles para él, como si estuviera mermado físicamente. Al público solo le quedaba un resquicio de esperanza: Nelson Haedo Valdez. Alguna carga de última hora. Llegó por la derecha tras una entrada de Barragán hasta la línea de fondo. Su centro golpeó en un defensa del Espanyol. A instancias del juez de línea, el árbitro indicó penalti. El pandemonio de los chicos de Pochettino acabó por debilitarles del todo. Soldado, desde los 11 metros, es infalible.

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