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El nuevo Dani Pedrosa

Primero Brno y luego Sepang han alumbrado a un piloto renovado: agresivo en la frenada, capaz en el cuerpo a cuerpo y atrevido bajo la lluvia

Nadia Tronchoni
Pedrosa, en Phillip Island
Pedrosa, en Phillip IslandWILLIAM WEST (AFP)

Hace un año Dani Pedrosa tenía todavía algunos deberes por cumplir: debía ser más agresivo, mejorar la frenada y ser capaz de imponerse sobre un asfalto empapado. Unos meses más tarde aquel piloto que enamoraba por su técnica, por unos cambios de dirección elegantes y una trazada fina, pero que era vulnerable en el cuerpo a cuerpo e inconsistente cuando las condiciones de la pista o de su moto no eran perfectas, ha borrado también sus defectos de un plumazo. Arrancó la temporada con un adelantamiento a su compañero Stoner, en Catar, con el que buscó los límites y dejó boquiabierto a su propio equipo. “No estábamos acostumbrados a verle así”, señalaba Mike Leitner, su jefe de mecánicos. Y siguió demostrando que empezaba a manejar la frenada como nadie en Portugal, donde fue capaz de mantener a raya a Crutchlow, excelente frenador, que fue incapaz de pillarle en un renuncio. Si bien, ha habido dos puntos de inflexión en la temporada: Brno y Sepang, que describen a la perfección al nuevo Pedrosa.

El nuevo Pedrosa, ese que pretende alargar la lucha por el título de campeón del mundo tanto como sea posible, ese que aspira con llegar a Valencia con opciones de birlarle el campeonato a Jorge Lorenzo, ese que está a solo 23 puntos del mallorquín tras cinco victorias en seis carreras, se mostró al mundo en el gran premio de la República Checa, donde, además, pilotaba una moto totalmente nueva que le dio impulso ya en Indianapolis y que le ha posibilitado exprimirse al máximo. Allí, tras ser la sombra de Lorenzo hasta la 12ª vuelta de una carrera que se disputó a 22 giros, exhibió esa novedosa agresividad en las curvas: el catalán se desplazó ligeramente hacia el exterior al final de una de las cortas rectas que dibujan el trazado checo, le cerró todos los espacios a Lorenzo y se coló por el interior, a dos curvas de la meta. El duelo final se decidió en los últimos metros: el mallorquín, que le seguía de cerca desde entonces, se la jugó en plena chicane (sucesión de curvas: la primera a la derecha, una a izquierda y otra a la derecha) con un interior; pero Pedrosa salió mucho mejor del último viraje y encontró el hueco perfecto para apuntarse la victoria, la primera que le ganaba al de Yamaha cuerpo a cuerpo.

Vulnerable en el cuerpo a cuerpo e inconsistente cuando las condiciones no eran perfectas, ha borrado sus defectos de un plumazo

“Aquello no supuso un gran cambio para mí. Yo sabía que podía hacer ese tipo de carreras, solo que no me salían. Creo, además, que el efecto que causó fue más exterior que interior. Cuando llegué al corralito recuerdo que estaban todos los miembros de mi equipo increíblemente felices, como si fuera un sueño, y yo pensé: 'ya, lo he hecho, qué'. Aunque, evidentemente aquello me dio un poco más de confianza a la hora de afrontar situaciones parecidas”, concede el de Honda, que no ha vuelto a ver en vídeo aquella batalla, pero reconoce haber experimentado un cambio este curso. “Ha llegado con la constancia, no ha sido algo aislado. Aquella carrera demostró que también podía ganar así, pero el auténtico cambio ha sido la progresión vista a partir del verano”, dice.

“He observado un cambio en su actitud. El hecho de que Casey no estuviera en sus mejores condiciones le ha hecho crecerse, está muy fuerte. Además, la mejora de la moto en Estados Unidos le ha permitido dar ese salto”, comentaba su rival directo por el título, Lorenzo. También él sufrió la transformación de Pedrosa en Malasia, hace una semana, donde, por vez primera el de Honda ganó una carrera pasada por agua. Ya no es aquel chico que en Brno, en el año 2004, bajo la lluvia, pasó de figurar como el favorito a ganar la prueba de 250cc a terminar levantando la mano en señal de socorro por las condiciones de la pista. Ahora quienes piden clemencia son sus rivales, como Lorenzo en Sepang. “Era como un gato”, decía Pedrosa sobre su pánico al agua. “Desde pequeño nunca fui rápido con el asfalto mojado, no me salía natural”. Pero ya lo ha superado con nota. Y lo ha hecho a base de trabajo: “He tenido que trabajar muy duro, además, normalmente en situaciones así estás haciendo algo que no te gusta, estás incómodo. Junto a mi equipo he dedicado mucho tiempo a hacer algo que era desagradable para mí”. Por eso, el domingo pasado sí, se mostraba exultante.

Pedrosa y Lorenzo, en Phillip Island
Pedrosa y Lorenzo, en Phillip IslandAFP

¿Le queda algo por mejorar a este Pedrosa? “Siempre, a medida que pasan los años hay que seguir cultivando el talento que tienes, porque si no va decayendo”. Pero no es capaz de concretar: “Cada año salen cosas nuevas, no sabría especificar el qué, pero siempre hay algo que uno puede hacer mejor”, concluía. El domingo se enfrenta a la penúltima carrera del año. Lo hace en Phillip Island, territorio Stoner. Claro que quien le interesa es Lorenzo: mientras quede por delante de él o este no le recorte cuatro puntos, el Mundial seguirá vivo.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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