Fuego real para Varane

La carrera de cualquier futbolista depende de la concatenación de pequeños acontecimientos que, mal resueltos, separan la ruina de la grandeza. Para Raphäel Varane, uno de los momentos más graves de su trayectoria fue el partido contra el Manchester City. Obligado a sustituir por razones disciplinarias a Sergio Ramos, su capitán y un jugador que, probablemente, sea el mejor central del mundo, el chico se vio en un aprieto. No dio esa impresión, sin embargo, cuando debió tomar las decisiones que podían condenarle. Como en aquella jugada en la que Carlos Tévez cayó a la banda para controlar un balón con el pecho. Tévez, el delantero más peligroso del City, una institución, invitaba a la duda. Pero Varane abandonó la seguridad de su zona y salvó como un tiro los 20 metros que le separaban de su objetivo. Cuando Tévez se perfilaba para interceptar el pase, estiró la pierna, amortiguó la pelota con la punta de la bota y le hizo un sombrero antes de llevarse la captura con la elegancia de los predestinados, la frente alta, buscando un destino para el pase.

Si el balón le viene por la izquierda”, dice, “lo controla con la derecha y pasa con la izquierda. Con total naturalidad" Thievy Bifouma

“Le he visto ir al cruce siempre con mucha velocidad y decisión”, observa Manuel Sanchís, el capitán que levantó la séptima y la octava Copa de Europa, sensible a los detalles que definen a los buenos defensas. “En el Madrid no está permitido dudar. En otros equipos es difícil jugar con la duda, pero aquí es dramático. Y yo a este chaval le veo moverse con decisión”.

Las bajas de Marcelo, Coentrão y Arbeloa han inclinado al mánager, José Mourinho, a organizar la defensa con Ramos a la derecha, Essien a la izquierda, y Pepe junto a Varane en el medio. Salvo un cambio de última hora, esa es la formación que presentará ante el Borussia Dortmund esta noche. Para el jugador francés será otra prueba importante en un camino que, hasta ahora, ha transitado con paso firme. Si Pepe y Ramos se consolidan como la mejor pareja de centrales del planeta, Varane tiene pinta de ser el mejor central suplente que existe. Un lujo que los madridistas deben a la gestión de Zidane.

Apenas había debutado en Primera con el Lens, en 2010, cuando Alex Ferguson fue a verle a su casa. Tenía 17 años y el director general del Manchester United le invitó a competir por el puesto de Ferdinand. Mientras se lo pensaba, Varane recibió, primero, una oferta del Castilla y después una llamada de Zinedine Zidane, que le propuso integrar la primera plantilla del Madrid. La invitación del ídolo de su infancia resultó irrechazable.

Thievy Bifouma, compañero de habitación de Varane en las concentraciones de la selección sub-19, admira el aplomo de su amigo cundo está en el campo. “Si el balón le viene por la izquierda”, dice, “lo controla con la derecha y pasa con la izquierda; y si le viene por la derecha, lo controla con la izquierda y pasa con la derecha. Con total naturalidad. Sin pensar. Todo lo que hace transmite tranquilidad al equipo. Cuando le ves jugar no parece que tenga 19 años. Juega como un grande. Quizá Mourinho le pone porque a diferencia de la mayoría de los jóvenes, Raphäel no se deja influir por la presión”.

La coordinación es una extraña facultad cuando se tienen casi dos metros. Varane mide 1,92. Sin embargo, el año pasado hizo un promedio de una falta cada 88 minutos en Liga. Este año suma una falta en 180 minutos. Ningún defensa del Madrid pega menos. Varane no lo necesita. Éric Sikora, actual entrenador del Lens, fue su técnico en las categorías inferiores. “Tiene facilidad para situarse siempre bien”, observa. “Si a eso añade su envergadura, su capacidad para intervenir rápido, y sus piernas largas… Cuando eres capaz de ganarle en carrera a todos tus adversarios es más sencillo evitar la patada”.

“Es un talento prematuro”, dice Sikora. “Preciso con el balón, muy bueno en el juego aéreo, fiable en el hombre a hombre. Me recuerda a Laurent Blanc solo que más rápido. Creo que el trabajo diario con defensas como Pepe y Ramos, y la confrontación con Benzema, Higuaín y Cristiano han acelerado su progresión. Él es un joven lúcido y prudente. La clase de chico que sabe aprender. De otro modo, con su edad, no se habría integrado a un equipo dirigido por Mourinho”.

Le he visto ir al cruce siempre con mucha velocidad y decisión" Manuel Sanchís

Rafa Alkorta no vacila en pronosticar “un gran futuro” para el francés. “Tiene personalidad”, dice. “Confía en sí mismo. Tiene calidad con el balón para salir sin complicarse y juega con concentración. Esta concentración le ayuda a leer muy bien los pases del equipo contrario y con su velocidad llega a los cruces casi siempre con ventaja”.

Sanchis solo vislumbra un inconveniente: “Varane tiene a dos centrales por delante que para mí son intocables. Pepe y Ramos son dos de los mejores del mundo. Además juegan muy bien juntos. Varane para aprender necesita jugar. No basta con mirar. No es cuestión de vídeos sino de práctica con fuego real”.

El Westfalenstadion es el escenario perfecto para medir el valor de un meritorio que se asoma a lo grande.