A menos defensas, más ataque
Del Bosque, exigido por las bajas de Puyol y Piqué, le da otra vuelta de tuerca a la pizarra de la selección y prueba con Cesc como ‘nueve’ “Habrá jugadores en un rol distinto al de su club”
España afronta esta noche en Minsk (20.00) el segundo partido de la fase clasificatoria para el Mundial 2014, contra Bielorrusia. Llega España con la necesidad de encontrarle pareja a Ramos y la obligación de ganar para llegar el martes al Calderón empatada a puntos con Francia, que con seis y un partido más que La Roja encabeza ahora la clasificación del Grupo I camino de Brasil. En esa tesitura, Del Bosque tira de una vieja máxima, esa que dice que no hay mejor defensa que un buen ataque. Ayer ensayó con Cesc como nueve, opción que ya utilizó, por ejemplo, en la Eurocopa contra Francia. El tricampeón, que sufrió para ganar a Georgia (0-1) en el estreno de la fase clasificatoria, se juega otra vez mucho más que su prestigio en un campo menor.
A Vicente del Bosque nada le ha dado más dolores de cabeza desde que en 2008 asumió las riendas de la selección que la línea de defensas. Siempre le funcionó, pero no pocas veces le exigió darle vueltas al asunto. En un país donde florecen centrocampistas y sobran delanteros, inventarse maneras de atacar nunca fue costoso. Pero una y otra vez ha tenido problemas con los defensas. Hubo un tiempo en el que estaba justo de laterales y ahora se le caen los centrales a cada partido. La lesión de Puyol antes de la Eurocopa dejó a La Roja con pareja nueva para defender el título, pero Piqué y Ramos dieron la talla. Lesionado el barcelonés, todavía sin Puyol, el sevillano necesita pareja nueva y no abundan los centrales: Albiol no juega en el Madrid y Javi Martínez ha vuelto al centro del campo en el Bayern de Múnich.
La solución es Busquets, un chico obediente y funcional, que en la selección ha jugado ya en esa posición y hasta de lateral. “Por las necesidades del guion puede que haya jugadores a los que les toque jugar un rol distinto que en su club, que deban jugar fuera de su puesto ideal”, admitió Del Bosque; “pero creemos que lo harán perfectamente, no iremos en contra de sus características”.
Así que a menos defensas, más ataque. “Vamos a jugar por delante del balón, con jugadores ofensivos, vamos a intentar llevar la iniciativa del juego, tendremos jugadores con capacidad para hacer gol y hemos de estar preparados para los contraataques de Bielorrusia”, ha explicado el seleccionador, que, otra vez, si tiene una duda es la de jugar con un nueve de verdad, Torres, o con Fábregas. Según las cartas mostradas, además de sumar a Cazorla al centro del campo, estará Silva, y Pedro, decisivo para desencajar la defensa georgiana y en gran estado de forma, apunta a titular.
Los analistas del cuerpo técnico no descartan que Bielorrusia modifique su idea de jugar el balón y atacar. Han visto sus dos partidos, contra Francia (3-1, 0-0 en el descanso) y ante Georgia (1-0) y también han analizado los dos partidos en Champions del Bate Borisov, que con nueve jugadores forma la base de la selección bielorrusa. “No sabemos exactamente qué hará el contrario. Jugó distinto ante Georgia que ante Francia”, dijo Del Bosque, quien intuye que llegado el caso, si reculan los locales para buscar las contras, Busquets sería capaz de dar un paso al frente y jugar con línea de tres en defensa, compuesta por Arbeloa y Alba en los laterales y Ramos como eje, si como suele suceder, España juega en medio campo ajeno.
El seleccionador no teme que el equipo piense más en Francia que en Bielorrusia. “Sabemos que son dos partidos difíciles que marcarán nuestro futuro en la clasificación para el Mundial, por lo que pondremos nuestra máxima atención en los dos”, afirmó el técnico salmantino.
“Es más importante este partido que el del martes”, insistió Torres en ese sentido. Pese a ello, Del Bosque advirtió de que hoy reservará de entrada a Iniesta. “Andrés es un caso especial porque sale de una lesión muscular; podría jugar perfectamente los dos partidos, pero quizá no juegue los 180 minutos”. Con solo un central, a cuatro grados y, casi seguro, sin tele, Del Bosque sabe que siempre es mejor atacar bien que defender mal.
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