Terry deja la selección inglesa
El jugador del Chelsea, en una situación “insostenible”, renuncia al equipo nacional el día antes de declarar ante la Federación por unos supuestos insultos racistas
Si el 23 de octubre de 2011 Terry tuvo un comportamiento racista contra Anton Ferdinand, jugador del Queen’s Park Rangers y hermano de Rio Ferdinand, es algo que aún no está claro, según el juez que llevó el caso. No lo sabe la propia Federación Inglesa (FA) y hoy escuchará al jugador, que fue absuelto por la justicia ordinaria el pasado 27 de julio. Pero lo que sí parece claro es que el episodio, racista o no, ha derivado en un serial que va camino de descabezar la selección inglesa tal y como se la conocía. En febrero, John Terry, de 31 años y 78 veces internacional, perdió el brazalete de capitán; a raíz de ese incidente, y a cuatro meses de la Eurocopa, Fabio Capello renunció al cargo de entrenador. Ayer, un día antes de que la FA le recibiera en audiencia, Terry anunció que también se va. Que deja la selección porque se siente perseguido por su propia Federación, a la que acusa de colocarle en una situación “insostenible”.
“Siento que la Federación ha hecho insostenible mi posición en la selección nacional acusándome de cargos por los que ya he sido absuelto ante un tribunal”, explicó el jugador en un comunicado que hizo público el domingo por la noche. El motivo de su renuncia está claro: Terry se va porque entiende que con su insistencia, la FA debilita su posición en el combinado nacional. “Representar y ser el capitán de mi país es lo que había soñado desde que era un niño y ha sido un gran honor. Siempre he dado todo y ahora mi corazón me lleva a tomar esta decisión”, comenta Terry en el escrito. Es significativo que Terry aluda al “corazón” porque con ello el central da a entender que su decisión nace de un profundo enojo. Se siente perseguido y víctima de una gran injusticia y concluye que debe tomar una decisión drástica, más pasional que cerebral.
La FA, por su parte, ha detectado que la decisión de Terry obedece más a la rabia que a la razón y Alex Horne, su secretario general, llevó la contraria al defensa del Chelsea en una intervención en la cadena británica Sky Sports. “Es una decisión personal. No veo que hayamos hecho [que la posición de Terry sea] insostenible”, opinó. El dirigente también lanzó un dardo contra el buen juicio de Terry, al explicar por qué la decisión adoptada por el juez del caso no prejuzga ni supone obstáculo alguno para que la FA inicie un proceso disciplinario. “Pertenecen a compartimentos distintos y puedo separarlos en mi mente, pero no parece que él pueda”. La FA reabrió su procedimiento, interrumpido mientras el caso estuvo pendiente de juicio, el 27 de julio.
El jugador, de 31 años y 78 veces internacional perdió el brazalete de capitán por insultos racistas
El jugador fue absuelto ante un tribunal de Londres de la acusación de racismo el 13 de julio. La Fiscalía siempre consideró que estaba ante un “caso claro”, según lo definió en diciembre Alison Saunders, su portavoz: “Estoy satisfecha de que haya suficientes evidencias para que haya posibilidades reales de una condena y va en favor del interés público que se juzgue este caso”. Pocos dudan de que lo que puede leerse en sus labios es la expresión “jodido negro de mierda” (“fucking black cunt”), dirigida a Ferdinand. Sin embargo, el juez le declaró “no culpable”, argumentando que era “posible (…) que lo que dijo no tuviera la intención de ser un insulto, sino más bien un desafío por lo que creía que le habían dicho antes a él”. Es decir, que aunque Terry hubiese proferido un insulto (y pese a su explícito significado semántico), no quedó acreditado que este tuviese connotaciones racistas, atendiendo al contexto y a los antecedentes acreditados por los testigos que declararon en el juicio. “Es posible, en consecuencia, que lo que dijo no tuviera la intención de ser un insulto, sino más bien un desafío por lo que creía que le habían dicho antes a él”, decía el fallo.
Sin embargo, el juez emitió un veredicto de no culpabilidad, y eso en los países anglosajones no equivale exactamente a inocente. Significa, fundamentalmente, que la parte acusadora no ha podido demostrar la culpabilidad del acusado. Por eso la FA puede seguir otro proceso, en el que el listón para acreditar su culpabilidad no estará tan alto. Ya no se tratará de probar “más allá de toda duda razonable” (en la terminología jurídica anglosajona) que cuando dijo lo que dijo su intención era abusar verbalmente de Ferdinand con motivos racistas. Ante la FA bastará con establecer un “juicio de probabilidades”.
Con toda probabilidad, Inglaterra perderá, porque está claro que el asunto ha debilitado a los pross, que en siete meses han perdido al entrenador, al capitán y, ahora, a uno de los mejores centrales del mundo. Todo, a causa de unas palabras que todo el mundo leyó en sus labios, pero que para algunos pueden ser “racistas” y para otros, responder a un desafío.
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