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Revoloteo en ‘la catedral’

Athletic y Málaga se enredan en el centro del campo en un partido más aparente que bello

Llorente se anticipa a Demichelis con Muniain al fondo.
Llorente se anticipa a Demichelis con Muniain al fondo.luis tejido (EFE)

El Athletic tiene intensidad, ritmo y un nivel de presión que ahogó al Málaga, un equipo de postín, en el vaso de agua del centro del campo. Hasta ahí fue todo bien. Incluso superó sus alarmantes desfases defensivos y la ausencia de su portero titular, por lesión, precisamente el día que se homenajeaba al mejor portero de su historia, José Ángel Iribar por el cincuenta aniversario de su debut. Cosas del destino.

No era el Málaga, por su tacto, su organización, sus futbolistas, el mejor rival para forjar una recuperación imprescindible. Sin Javi Martínez —en Alemania—, sin Llorente —en el banquillo— y sin Herrera —recién operado—, el equipo de Bielsa ha perdido el tacto, un cierto orden, aunque mantiene la voracidad que forma parte de su genética. Tiene la apariencia de lo que fue, hace muy poco, pero está en transición, en construcción.

ATHLETIC, 0 - MÁLAGA, 0

Athletic: Raúl; Iraola, Gurpegi, Ekiza, Castillo; Iturraspe, De Marcos, Muniain (Toquero, m. 88); Susaeta, Aduriz (Llorente, m. 45) e Ismael López (Ibai Gómez, m. 45). No utilizados: Arrizabalaga, Amorebieta, San José y Ruiz de Galarreta.

Málaga: Willy; Jesús Gámez, Demichelis, Weligton, Monreal; Camacho, Toulalan (Turra, m. 78); Joaquín (Portillo, m. 67), Isco, Eliseu; y Saviola (Santa Cruz, m. 56). No utilizados: Kameni; Seba, Duda, y Onyewu.

Árbitro: Mateu Lahoz. Amonestó a Gurpegui, De Michelis, Aduriz, Weligton y De Marcos.

Unos 35.000 espectadores en San Mamés que rindió un homenaje a Iribar por el 50 aniversario de su debut, precisamente entonces contra el Málaga en La Rosaleda, sustituyendo a Carmelo.

Demasiadas novedades, brotes verdes (Ismael López, Ibai Gómez, Castillo) y algunos tallos conocidos que aún no han vuelto a despuntar: De Marcos, por ejemplo, no es aún la sombra de la sombra de la sombra de su sombrero, que diría Manolo García. Tampoco el Málaga es el coco feroz. Ni Isco ni Joaquín tuvieron su día y a Toulalan se le notaba cansino aunque en sus canas se esconde la experiencia de mil batallas. Se perdió muchas veces en ellas, con el fogoso Muniain y perdieron ambos el fútbol que atesoran.

La primera mitad fue un ejercicio geométrico, muchas idas y venidas, mucho revoloteo, pero apenas una gran parada de Raúl a tiro de Gámez y un par de observaciones de Caballero en remates apócrifos del Athletic. Entonces, creció Monreal, el mejor futbolista del partido, el más activo, el más preciso, tan fogoso como el que más pero más adecuado que la inmensa mayoría. Lo suyo fue lo más parecido a un recital. El Athletic ha decidido emplear el dinero de Javi Martínez en Hacienda en vez de en un fichaje. Monreal le sembró de dudas.

Iribar saluda a Zubizarreta en el homenaje en San Mamés
Iribar saluda a Zubizarreta en el homenaje en San MamésLuis Tejido (EFE)

La salida de Llorente inquietó al Málaga aunque la oportunidad la tuvo Susaeta en un mano a mano con Caballero que picó mal, muy suave, muy fino. Antes, Raúl se acreditó ante un disparo de Eliseu. Eran píldoras en un partido más tenso que intenso en el que el Málaga no ejerció del equipo maravilloso que apuntaba, ni el Athletic al equipo magnífico que apunta. Fueron solo dos buenos equipos.

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