El estadio más pequeño para España

Ahora que la selección española es global y arrastra multitudes que se congregan como ayer en el aeropuerto de Vigo para ver pasar fugazmente en autocar a los jugadores, justo ahora la campeona mundial y bicampeona de Europa jugará en el estadio de menor aforo que jamás la albergó en territorio español. Será en Pasarón, que pone de largo su remodelación y llenará sus 10.923 asientos, menos que los que se cubrieron para ver a España ante Estonia en Mérida hace tres años o contra Armenia en León hace nueve. Ni siquiera en el confín de los tiempos se encuentra comparación: antes de la Guerra Civil el viejo campo vigués de Coia acogió dos veces a la selección, pero la hemeroteca habla de un coliseo con capacidad para 20.000 personas.

La elección de Pontevedra como sede del regreso del equipo a terreno patrio tras el éxito en Kiev tiene varias explicaciones. La buenista la abanderó ayer Vicente del Bosque al glosar la política federativa consistente en diseminar la semilla roja por todas las plazas posibles. “Algo estupendo, el campo no impedirá un buen espectáculo", entiende el seleccionador, que además lanzó un guiño a la historia al recordar la historia del Pontevedra y el hai que roelo, un equipo de esforzados que tras recorrer en cinco años el camino entre Regional Preferente y Primera División compitió seis entre los grandes, llegó a ser campeón de invierno en la temporada 1964-65. "Para los que tenemos cierta edad apetece jugar en Pontevedra, la casa de un club histórico", apuntó el seleccionador.

Hay, con todo, una explicación más prosaica y que tiene que ver con la chequera y los 900.000 euros que aporta la Diputación de Pontevedra para organizar el partido precisamente en Pasarón y no en Balaídos, con el triple de capacidad y distante 25 kilómetros.

Ayer, gran parte de la gente que llenó Pasarón para presenciar el entrenamiento de la selección gracias a invitaciones expedidas por la propia Diputación, aguardaba que alguna de esas entradas se liberasen para no faltar a un partido que Del Bosque se encargó de poner en valor. "Estamos en una buena dinámica en cuanto a reconocimiento de la gente, pero eso nos obliga a no parar. Podemos fallar porque esto es deporte, pero no porque no seamos competitivos”. Y apunta a la importancia de la cita contra Arabia Saudí como bagaje para la cita de la próxima semana en Georgia, la que marca el inicio de la clasificación mundialista. "Eso es lo que convierte el partido de Pasarón en algo más que un amistoso", advierte.

España afinará y reafirmará ideas, pero también tratará de rodarse aunque Del Bosque entienda que cada vez se note menos la diferencia entre el inicio y el final de temporada. “Tenemos auténticos talentos físicos”, sostiene el preparado salmantino, que tiñe ahora de normalidad lo que otros convirtieron largo tiempo en excepción. “Ningún partido de la selección es un estorbo ni perjudica el rendimiento de los jugadores en sus clubes”. En ese sumatorio, el laureado entrenador salmantino cree que dar cancha a David Villa ante el cuadro asiático pueden ayudar a pulir su puesta a punto tras su larga lesión. “Jugará algunos minutos”, anticipa.