El despido de una pionera triunfal

El deporte español recibió ayer una inesperada sacudida. El presidente de la Federación Española de Natación (RFEN), Fernando Carpena, comunicó ayer a la seleccionadora española de natación sincronizada, Anna Tarrés, que no se renovará su contrato y que prescinde de sus servicios. Según adelantó el Mundo Deportivo en su edición digital, el despido se comunicó en una conversación telefónica y a la seleccionadora la pilló de vacaciones en Extremadura. Todo apunta a que el motivo de la decisión se debe a un conflicto personal entre ambas partes. En Carpena han pesado más sus discrepancias con la entrenadora que su extraordinario catálogo de títulos. La federación, que se había inclinado en un primer momento por el mutismo, aseguró que la destitución de Tarrés se toma por "razones estrictamente profesionales y de política deportiva".

"En conversación privada mantenida con doña Anna Tarrés Campa se le ha anticipado la decisión de no renovar el contrato con esta Federación, que expira el próximo 31 de diciembre, pendiente de hacerlo formalmente en cumplimiento de lo establecido en dicho contrato", asegura el comunicado, en el que la federación agradece a Tarrés "su innegable y valiosa aportación a la natación sincronizada".

La exnadadora catalana declaró a Catalunya Ràdio que el despido la cogió totalmente “por sorpresa” y que no le queda más remedio que “acatar la decisión y digerirla”. Carpena, según Tarrés, alegó tener “otra hoja de ruta” para justificar esta repentina y sorprendente destitución. “Es una pena, porque hemos hecho muchos esfuerzos para poder llegar donde estamos, el principio de la temporada ha sido durísimo. Y también lograr los objetivos que nos habíamos marcado. Pensábamos en el campeonato del mundo que se celebrará en Barcelona en 2013 sería el escenario para poder continuar con el trabajo que habíamos vuelto a iniciar”, lamentó la entrenadora.

El despido ha cogido a todos por sorpresa. Tarrés decidió llamar a sus nadadoras para informarles de la noticia “al percatarse de que ya había bastante gente al tanto”. La entrenadora catalana pudo comunicar su despido personalmente a “la mayoría de sus nadadoras”, salvo a Andrea Fuentes, a la que Carpena llamó para adelantarle la decisión antes de hablar con la propia Tarrés. La reacción ante esta destitución inesperada fue la misma en todos los casos: estupefacción.

Después del éxito rotundo de los Juegos de Londres, en el que el conjunto español de sincronizada logró dos medallas, plata en dúos y bronce en equipos, nada hacía presagiar este desenlace. Especialmente si se tiene en cuenta que España consiguió subirse al podio con un equipo completamente renovado y que afrontó su primera cita olímpica sin la presencia de Gemma Mengual, líder natural del equipo de sincronizada.

La federación, que se había inclinado en un primer momento por el mutismo, aseguró que la destitución de Tarrés se toma por "razones estrictamente profesionales y de política deportiva

Tarrés, de 45 años, se ve obligada a abandonar su puesto de seleccionadora sin un borrón en su carrera. Desde que en 1997 asumiera su cargo al frente del equipo nacional, no ha hecho más que acumular medallas: cuatro olímpicas, 23 mundiales y 25 europeas. Revolucionaria y decidida, Tarrés ha puesto en la élite a la sincronizada española. Se puede decir que ha sido su inventora, su gran impulsora. En los recientes Juegos de Londres volvió a dar muestras de su capacidad innovar para intentar dar réplica al potencial de las rusas, grandes dominadoras de este deporte.

Sobre quién ocupará el puesto de Tarrès al frente del equipo de natación sincronizada, la federación, en el comunicado emitido por la noche, indicó que "cuando se cumplan las formalidades", comunicará quiénes compondrán el equipo técnico que tendrá en Barcelona su primera gran prueba de fuego y que tendrá que trabajar con vistas a los Juegos de Río, en 2016.

“Es mi trabajo y me ha salido bastante bien. Estoy muy orgullosa de haber podido tirar adelante con este proyecto en el que ha trabajado tanta gente”, subrayó de forma lacónica la entrenadora, un referente mundial en su deporte. De nada le ha servido ante Carpena.