“Muy mal, inaceptable”
Mourinho habla de una derrota “merecida”, pero no lo atribuye a razones físicas ni futbolísticas
Un punto en dos partidos de Liga. Una derrota en un campo, el del Getafe, donde el Madrid siempre tuvo problemas pero no perdía desde 2008. Un equipo lento, cansado, sin acierto de cara a gol. Con graves problemas a la hora de defender las jugadas a balón parado. Fue un Madrid irreconocible el que se empezó a ver el domingo pasado contra el Valencia y el que se terminó de ver anoche en Getafe. El equipo que hasta hace cuatro meses era una apisonadora, que decidía cuándo y cómo ganar los partidos, se ha convertido ahora en un equipo al que hasta a su propio entrenador le cuesta reconocer. “El Madrid ha estado muy mal, inaceptable”, soltó el técnico portugués.
Asumió que había estado mal desde el principio hasta el final. A pesar del gol de Higuaín. A pesar de que parecía tener controlado el partido. “¿Qué cómo me explico que hemos perdido un partido que teníamos controlado? Estábamos dominando pero no jugando bien. La única diferencia que he visto entre la primera y la segunda parte es que ellos han marcado el gol del empate. Porque el primer tiempo nuestro no ha sido diferente al segundo. Es de los partidos en los que me voy sin frustración: no ha sido una sorpresa para mí el resultado final en función de lo que estaba analizando durante el partido”.
Puede que no se marchara a casa frustrado. Pero la cara con la que se presentó Mourinho en sala de prensa era de enfado. Un cabreo que todavía no había estallado. Entró y salió del vestuario rápidamente, dijo. No hubo tiempo para análisis. “No me gusta hablar después del partido con ellos porque la gente cansada no está preparada psicológicamente para analizar las cosas. He entrado al vestuario y no he dicho ni una palabra, solo escuché a los jugadores decir que el árbitro acusa a Coentrão de decir una palabra que en el banquillo nadie ha oído [en el acta el árbitro refleja que la expresión fue “hijo de puta”] y que lo de Colunga en el gol había sido mano, pero me da igual porque es una derrota merecida la nuestra. Es más una derrota merecida del Madrid que una victoria merecida del Getafe, de hecho”, explicó.
— ¿Pero a qué se debe ese juego inaceptable del Madrid?
No podemos trabajar más las jugadas a balón parado”
— “Es complicado para mí hacer este tipo de análisis con vosotros. Hay cosas que pienso que un entrenador no tiene que analizar con la prensa porque además no he discutido todavía el tema con mi jugadores”.
— ¿Es una cuestión física o futbolística?
— “Ni física ni futbolística. Tengo que tener esta charla con ellos y no con vosotros”.
— ¿Y a balón parado?
— “Es que el balón parado tiene dos aspectos, uno de organización y otro de error individual. En los últimos partidos hemos trabajado más que nunca la organización defensiva en las jugadas a balón parado y más no podemos hacer. A nivel de organización no tenemos por donde mejorar, analizamos los detalles, los vídeos, paramos la imagen, estudiamos la posición de cada jugador. No podemos trabajar más”.
Tres de los dos goles encajados en este comienzo de Liga han sido por jugadas a balón parado. Contra el Valencia fue Jonas el que remató solo y anoche fue Valera el que se coló entre los defensas blancos.
Luis García tampoco parece que puede trabajar más estas jugadas. “Me dicen que soy muy pesado pero sé que son cosas de las que puedo sacar provecho porque Barrada y Pedro León le pegan muy bien y tenemos gente buena por arriba”, analizó el técnico del Getafe, que arengó a sus jugadores en el descanso: “Les dije que había que apretar más. Tener más fe porque fuimos demasiado tímidos con el balón…”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.