Navas y Cicinho dan brillo al Sevilla
Los andaluces, con una plantilla remodelada, vencen al Getafe, que paga los fallos y una actitud funcionarial
Sin el encanto de épocas pasadas, con menos encanto y fases de juego mustio, el Sevilla cimentó su primera victoria de la temporada en cuatro minutos de la primera mitad, en los que el Getafe se descompuso con dos acciones impropias de la elite. Un error de su portero y otro del lateral derecho lo condenaron como conclusión final de un partido gris, demasiado lento.
Fazio, negado en defensa, mal en las coberturas y muy lento, se encontró con un balón en el área servido por Rakitic para rematar a la red ante la salida suicida de Moyá, un portero más bonito que bueno. Habían trascurrido 34 minutos muy sosos. Ni el Sevilla era superior ni el Getafe tenía ganas de guerra. No contento con el primer regalo, Valera, ya con un interesante bagaje en Primera, cayó en la trampa de Reyes, que se tiró al césped nada más sentir el contacto del lateral del Getafe. Penalti y gol de Negredo.
SEVILLA, 2; GETAFE, 1
Sevilla: Diego López; Cicinho, Spahic, Fazio, Fernando Navarro; Rakitic, Medel, Trochowski (Hervás, m. 83); Navas, Negredo (Babá, m. 67) y Reyes (Manu del Moral, m. 75). No utilizados: Palop; Botía, Cala y Luna.
Getafe: Moyà; Valera, Alexis, David Abraham, Miguel Torres; Míchel (Xavi Torres, m. 46), Lacen (Colunga, m. 74); Pedro León, Lafita, Diego Castro (Barrada, m. 52); y Miku. No utilizados: Codina; Mané, Lopo y Sarabia.
Goles: 1-0. M. 34. Fazio. 2-0. M. 38. Negredo, de penalti. 2-1. M. 50. Alexis.
Árbitro: Álvarez Izquierdo. Amonestó a Valera, Alexis, Rakitic, Pedro López, Medel, Miguel Torres y Manu del Moral.
Unos 25.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán.
Fue un choque de ritmo bajo, igualado, con fases de dominio alterno y en donde el fútbol, el fútbol con mayúsculas, el que satisface los gustos más exquisitos y resalta en medio de la mediocridad, fue el que ejecutaron, en contadas, pero bellísimas ocasiones, Cicinho y Navas. Una sociedad que emerge en el Sevilla y promete días emocionantes para la afición andaluza.
Los de Míchel persiguen todavía su identidad mientras el Getafe tampoco sabe muy bien cómo definirse. Tiene el equipo madrileño un cierto aire funcionarial, sin alma, con una multitud de jugadores que conocen el oficio pero que saben que radican en una plaza que exige lo justo. Con un buen técnico en el banquillo, Luis García, da la impresión que este grupo de buenos futbolistas solo apretará en caso de peligro, con el descenso llamando a sus puertas.
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