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SALTO DE ALTURA
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El momento de Ruth

La atleta llegó a los 1,93 metros y el sábado disputará la final

Ruth Beitia durante su participación en el salto de altura
Ruth Beitia durante su participación en el salto de altura J.C. Hidalgo (EFE)

Durante la mañana en la que se estaban disputando las clasificaciones de la final de salto de altura femenino en el estadio olímpico de Londres, irradiaba un potente sol inusual en estos Juegos. También irradiaba otra figura mucho más familiar en este tipo de concursos, alta y delgada, la capitana de la selección española de atletismo Ruth Beitia, que se clasificaba pasando todos los listones a la primera.

Llegó a los 1,93 metros. 14 de las saltadoras —en teoría solo pasan 12 a la final— habían conseguido esa altura y esto llevó a una disputa entre jueces y algunas de las propias saltadoras, que se resolvió con un desempate entre las cuatro atletas que más nulos acumulaban. Lógicamente, esto no afectó a nuestra Ruth, gracias a ese concurso tan limpio que nos ofreció.

El historial de Ruth refleja una constante lucha de superación personal protagonizada por ella misma y por su entrenador de toda la vida, Ramón Torralbo. Consiguió la primera de las medallas internacionales que ha ido acumulando durante su carrera en casa, en los Europeos de pista cubierta de Madrid en el 2005. Hasta seis metales se ha colgado en la pista cubierta entre Europeos y Mundiales. Sin embargo, en aire libre, donde realmente se nos mide como atletas, realizó grandes actuaciones con buenas posiciones de finalista, pero nunca llegaba esa ansiada medalla.

El historial de la saltadora es una constante lucha de superación personal, bien ayudada por su entrenador de toda la vida

Fue en 2010, en los Campeonatos de Europa en Barcelona, cuando la desesperación torció por vez primera su gesto y se dijo a sí misma que tal vez tendría que asumir esa circunstancia después de ser sexta.

Pero Ruth es una persona profundamente alegre, simpática y extremadamente competitiva. Esa alegría la transmite a los demás y le proporciona un positivismo que, unido a esa madurez adquirida que le da el participar en todos los grandes eventos atléticos de los últimos tiempos, permitió que su momento deportivo llegara. Y ha sido este año cuando se ha proclamado campeona de Europa al aire libre en Helsinki y aspira a una de esas medallas olímpicas tan ansiada por cualquiera de nosotros.

Las rusas Chicherova y Gordeeva, las americanas Lowe y Barrett, y la campeona olímpica, la belga Hallebaut, serán sus principales rivales en la final del sábado.

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