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JUEGOS OLÍMPICOS
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La ‘Barcelona’ de Londres

El fervor popular favorece el gran caladero de medallas y los británicos ya solo llevan tres oros menos que en Pekín La corriente impulsa a Murray, por fin en la cima tras vapulear a Federer

José Sámano
Andy Murray celebra su triunfo ante Federer.
Andy Murray celebra su triunfo ante Federer. LEON NEAL (AFP)

Un embrujo se ha apoderado esta semana de Londres y los deportistas anfitriones, los del Team GB, que vuelan como aquellos españoles de la Barcelona de 1992. En los Juegos, el entusiasmo local es contagioso, un plus para los competidores. Veintiséis medallas había logrado España en toda su historia antes de su cita olímpica; solo cuatro menos conquistó de una tacada en la edición en la capital catalana. Cuarenta y siete metales en total, 19 oros, se llevó Gran Bretaña de Pekín hace cuatro años; 37 (16 oros) lleva en 2012 a falta de una semana de calendario. Como síntoma, Andy Murray, el tenista escocés relegado en su carrera por Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic, que ayer encontró en casa, en Wimbledon, un lugar en el trono. Oportuno.

La apabullante victoria de Murray sobre Federer, al que se le escapa el Olimpo de su sublime hoja de servicios, revela el poder mágico de los Juegos. Con el coro del apasionado y febril público local, el escocés se sacudió de encima su sambenito de segundón por sus frustraciones en las cuatro finales del Grand Slam que ha jugado y perdido, tres precisamente contra el caballero suizo —la última, en el mismo escenario hace un mes— y una contra Djokovic. A uno y otro les derrotó sucesivamente, lo que abrillanta su oro y enfatiza la magia de la chistera británica.

Solventados los problemas con las entradas en los primeros días, con demasiados asientos vacíos, hoy no hay instalación que, prácticamente, no rebose. No importa que haya una amenaza real de tormenta como en el abarrotado estadio Olímpico, con todo un anillo de su aforo a la intemperie, o la catedral de Wimbledon.

Solventados los problemas con las entradas en los primeros días, hoy no hay instalación que prácticamente no rebose

La condición de local puede atenazar o propiciar un aliento de más. El segundo caso es el más frecuente y Londres no es una excepción. Según un estudio reciente, los países que han organizado el evento olímpico en los últimos diez años han mejorado de promedio un 54% su botín de medallas.

Por eso, con ese abrigo local, aupado por el fervor popular, Murray es capaz de convertirse en el primer tenista británico en ganar en Wimbledon desde Fred Perry en 1936, los gimnastas se cuelgan una medalla por equipos (bronce) por primera vez desde 1912 y sus resultados en remo (nueve medallas) son los mejores desde 1908. La ola también abarca al atletismo, en el que el sábado encadenaron tres oros en una hora: Jessica Ennis, en heptatlón; Greg Rutherford, en longitud, y Mo Farah, en 10.000. Más que una ola, una marea. Y hasta la familia real ha contribuido con la plata de Zara Phillips, nieta de la Reina, en el concurso completo de hípica.

A la espera del resultado final, la tendencia alcista de Gran Bretaña es evidente. Basta recordar que en Atlanta 1996, anteayer, solo alcanzó un oro, el de los remeros Steve Redgrave, entonces aún no era sir, y Matthew Pinsent en dos sin timonel. Tan elocuente como que entonces, con el viento de cola por los polvos mágicos de Barcelona, España superó a los británicos en el medallero. Hoy, los españoles están 36 puestos por detrás. Nada es infinito si la pócima no se renueva.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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