“Ya no me precipito ni me vuelvo loco”
El escolta menorquín ha debutado en sus primeros Juegos: “Somos gente que no quiere parar de ganar”
Sergio Llull disputa sus primeros Juegos Olímpicos y lo ha hecho de titular los dos primeros partidos, en el puesto del capitán, Juan Carlos Navarro, lesionado. El escolta menorquín (Mahón, 1987) se bate por estar a la altura de una selección que aspira a todo, como hace cuatro años en Pekín, donde estuvo a punto de superar al poderoso equipo de Estados Unidos.
Pregunta. ¿Cómo le va su primera experiencia olímpica?
Respuesta. Es un sueño estar aquí. He llegado mejor que nunca. Físicamente estoy al 100%. porque pude descansar en Menorca. Creo que he dado un paso adelante. He mejorado mi juego y eso siempre va bien.
Somos gente muy competitiva, muy ambiciosa, que no quiere parar de ganar"
P. ¿En qué sentido ha dado ese paso adelante?
R. Sobre todo en la lectura del ritmo del partido. Antes siempre iba a un ritmo muy alto. A pesar de que este año en el Madrid hemos jugado con un ritmo dinámico, más atractivo para el espectador, he sabido dar la pausa necesaria. También he mejorado bastante en no cometer tantas pérdidas de pelota, es algo que he controlado bastante.
P. En el Madrid ha jugado de base y en la selección se desenvuelve como escolta.
R. Así es. Son papeles diferentes. Para el escolta resulta un poco más complicado controlar el ritmo porque es el base quien pide la bola, quien la juega, quien para o corre… Pero juegue de base o de escolta he dado ese paso adelante y ya no me precipito ni me vuelvo loco. Es una ventaja poder compaginar las dos posiciones y siempre que he tenido que cambiar de chip lo he hecho, sin problema.
P. ¿Respecto a su liderazgo en la cancha?
R. Me gusta tomar responsabilidades e intentar animar a los compañeros, dar alguna indicación. Conforme avanzas, porque tengo 24 años, pero llevo ya cinco en el Madrid y más de tres en esta selección, notas la experiencia necesaria para intentar dar ese paso adelante, para ser un poco el líder y que el equipo te siga.
P. ¿Qué le parece la selección de Estados Unidos?
R. Son favoritos. Físicamente están por encima de los demás y son el rival a batir.
P. ¿Es necesaria una proeza para batirlos?
R. Nos puede hacer daño el hecho de pensar que jugaremos la final contra ellos. Esta es la competición más atractiva para un deportista, pero también la más complicada porque están los mejores. Hemos de ir mejorando partido a partido, de menos a más y llegar lo más arriba posible.
P. ¿Qué evoca de los Juegos que vio desde la distancia?
R. En 1984, cuando España ganó la primera medalla de plata, aún no había nacido. Pero aquella es una selección que tengo mitificada por lo que he visto en los resúmenes y lo que he leído sobre ellos en las entrevistas. Fueron los pioneros, en el sentido de que fueron los primeros que situaron al baloncesto español en lo más alto. Creo que esta generación los ha superado y que todavía podemos seguir haciendo historia.
P. ¿Recuerda la final de Pekín?
R. Estaba en casa, en Menorca, de vacaciones. Me levanté bastante temprano, porque la final era a las siete o a las ocho de la mañana. Vibré muchísimo. Fue una lástima, estuvimos bastante cerca de ganar a Estados Unidos. Con el paso del tiempo te das cuenta de que hicimos historia. Fue una final espectacular, igualada, con muchos puntos y un baloncesto muy atractivo. Fue algo histórico. Me quedo con aquella imagen. Me puse un poco nervioso, porque soy más bien nervioso y se me nota cuando miro por televisión un partido de tenis, de baloncesto, de fútbol…
P. ¿Ve similitud entre la selección de baloncesto y la de fútbol, la que ganó la última Eurocopa?
R. Hicieron historia porque jugaron de una forma maravillosa y son los únicos que en fútbol han ganado los tres títulos consecutivos, un Mundial y dos Eurocopas, más o menos como nosotros. En lo que más nos parecemos es en que somos una piña. Más que una selección somos un equipo. Cada año retocamos algo, pero no cambiamos gran cosa. Este buen ambiente en el vestuario es la clave para llegar al éxito. Somos gente muy competitiva, muy ambiciosa, que ha ganado muchas cosas pero que no quiere parar de ganar, gente que recuerda las sensaciones de la victoria y quiere seguir haciendo historia. Gente con mucho talento y muy cualificada, sin complejos.
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