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“Bajo el agua, somos muy ‘gatosas”

La capitana de la selección habla sobre la dureza de este deporte: “Pellizcos, arañazos, patadas, agarrones”

Jennifer Pareja, capitana de la selección, ante China.
Jennifer Pareja, capitana de la selección, ante China.GETTY

Fuera de la piscina sonríe mucho; dentro, muerde. Nació en Olot, en la Garrotxa, zona volcánica del interior de Cataluña, juega en el CN Sabadell y forma parte de la selección española de waterpolo. Jennifer Pareja Lisalde podrá presumir el resto de su vida de haber sido la primera española en marcar un gol en una piscina en unos Juegos Olímpicos, pero difícilmente lo hará, no es su estilo. Capitanea con humildad un grupo de guerreras que, pase lo que pase hasta el final de los Juegos, ya ha hecho historia, ya puede colgarse una medalla: ha ubicado al waterpolo femenino en el mapa y eso, en un deporte con poco mas de 500 federadas, es casi imposible superarlo.

Pregunta. Resulta sorprendente que una chica de Olot aparezca jugando a waterpolo en Londres 2012. ¿Lo explica?

Respuesta. De niña, iba a nadar con mi hermana mayor, Tania, y no lo hacía mal. Iba a campeonatos, pero siempre con el entrenador, él y yo, sola. Y me aburría un montón. Mis amigas del club se juntaron a jugar a waterpolo para pasar el rato y yo preferí quedarme a jugar con ellas que seguir nadando, aunque me insistieron mucho, tenía aptitudes. Así que con 14 años empecé a jugar a waterpolo y aquí estoy.

P. Sí, en Londres, haciendo historia…

R. ¡Todavía no hemos hecho nada!

P. ¿Seguro? En España hay niñas que después de verlas a ustedes por la tele preguntan a sus padres si ellas también pueden jugar a waterpolo. ¿Eso no es mejor que una medalla?

R. Eso nos llena de orgullo a todas, nos gustaría que hubiera un antes y un después de estos Juegos para el waterpolo femenino. Si por vernos jugar a nosotras una niña en España se apunta al waterpolo, le aseguro que el esfuerzo que hemos hecho todas para llegar hasta aquí habrá valido la pena, eso para nosotras ya es una medalla.

Juego a esto porque la natación me aburría"

P. ¿Lo suyo es un milagro?

R. ¡No, en absoluto! Es un poco de talento, no hay duda, todas lo tenemos, sumado a mucho esfuerzo. Tendría que vernos entrenarnos y, por encima de todo, muchos, muchos ovarios. Muchas ganas de entrenarnos, de mejorar, de aprender… Este es un deporte muy físico, que exige mucha dedicación. Afortunadamente, cada vez hacemos menos kilómetros en la piscina y hemos variado las sesiones de pesas, que son más amenas. Tratamos de reproducir situaciones de partido en los entrenamientos fuera de la piscina, pero te aseguro que a mis compañeras les gusta mucho este deporte. Si no, no estaríamos aquí. Es mucho el sacrificio que hemos hecho todas.

P. ¿Por qué?

R. Lo hemos dejado todo por un sueño, estudios, a la familia, relaciones… ¿sabe la de veces que hemos dicho en nuestra vida, “lo siento, pero no puedo ir a esa fiesta, no puedo salir a bailar, no podemos quedar hoy?” Yo me fui al CAR siendo una niña, dejé a mi familia en casa. Luego dejé los estudios, he perdido amistades… Pero he salido ganando. Me dedico a un deporte que me hace feliz cada segundo que lo practico. Eso compensa todos los esfuerzos que hemos de hacer.

P. Mucha gente se imagina a una jugadora de waterpolo…

R. Sí, ya, enorme, fea, con pinta de chico… Nos suele pasar. Mucha gente se sorprende cuando les dices que juegas a waterpolo, espera otra cosa. Pero al fin y al cabo son prejuicios, ¿no? Estamos fibrosas, porque trabajamos mucho y porque el deporte, de contacto, lo exige. Pero habrá podido ver que mis compañeras son muy guapas.

P. ¿Es usted la Estiarte del waterpolo femenino?

R. ¡Qué va! Estiarte es un icono mundial de este deporte y a mí no me conoce nadie. Él era espectacular, el mejor. Estaba Estiarte y luego, los demás. Era el mejor del mundo.

Que una niña elija este deporte por vernos jugar compensa todo el esfuerzo que hemos hecho para estar aquí"

P. Y de pequeña, una niña que se dedica al waterpolo, ¿a quién idolatraba, en quién se fijaba?

R. Hombre, el referente siempre fue aquella generación de la plata en Barcelona 92 y el oro en Atlanta, por supuesto. No sabe la de vídeos que he visto de aquel equipo. Del femenino no tenía referencias. Luego, cuando empiezas a competir a más nivel tienes ocasión de ir descubriendo jugadoras. A mí me gustó siempre mucho una húngara, Pelle, que ahora se ha nacionalizado italiana.

P. Y en el agua, ¿se atizan tanto como los chicos?.

R. ¡Uy, si supieras! ¡Bajo el agua pasa de todo! Pellizcos, arañazos, patadas, agarrones. Bajo el agua solemos decir que somos muy gatosas. Los chicos son más contundentes: puñetazo, expulsión y asunto resuelto. Nosotras somos mas finas, pero no sabes la de bañadores que nos rompemos.

P. Precisamente, la irrupción del waterpolo femenino a nivel mediático tuvo mucho que ver con eso…

R. Sí, eso paso en 2003, en el Mundial de Barcelona. Era muy ofensivo. Solo aparecíamos en los periódicos cuando un fotógrafo nos pillaba con una teta fuera, ya ves tú.

P. Usted jugó aquel Mundial con 19 años, ¿ no?

R. Sí, estas chicas son la tercera generación con la que juego. Mi primer partido lo jugué en el 2000, en Copenhague. Tenía 16.

Lo de este equipo es talento, tabajo y muchos ovarios"

P. ¿Se imaginaba aquí 12 años después?

R. Qué va. Pero a medida que vas trabajando, el sueño se va haciendo grande. Yo me había quedado fuera de dos Juegos, pero al final, si trabajas, a veces los sueños se cumplen. Sinceramente, hay dos momentos que le dan sentido a toda mi vida: la salida al estadio el día de la inauguración y cuando nos vimos en la piscina.

P. Es cierto que antes de salir les dijo: “¡Chicas, esto está lleno!”

R. No, no. Saqué la cabeza y les dije: “Os aviso: ¡esto está a reventar!” ¡Nunca habíamos jugado ante tanta gente!

P. ¿Qué es lo mejor que le ha pasado en la Villa Olímpica?

R. Las risas con las compañeras, supongo, lo pasamos muy bien juntas. Y una foto que me hice con Kobe Bryant. Era un objetivo y está cumplido.

P. Si estar en los Juegos era un sueño, ¿ganar una medalla qué es?

R. Solo pensamos en el próximo partido, lo que tenga que venir vendrá. Las medallas se trabajan, Bueno, se sueña con ellas también, pero para alimentar ese sueño, hay que trabajar. Y en eso estamos, disfrutando, pero con los pies en el suelo.

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