Diez casos de positivos en vísperas de los Juegos
La federación internacional de atletismo utiliza la publicación de las suspensiones como arma de disuasión masiva
Después de una de las etapas del pasado Tour, el líder, Bradley Wiggins, un día decidió no acudir a su obligatoria conferencia de prensa. El inglés no ofreció ninguna explicación pública de su conducta, pero luego se supo (en el Tour todo se sabe, o eso parece) que la razón de su ausencia fue que antes de la conferencia en el camión del control antidopaje le dijeron que tenía que hacer cola, que tres ciclistas habían llegado antes que él. Como no le ofrecieron trato de favor, Wiggins, mosqueado, se fue a esperar a su autobús, donde, después de una sesión de enfriamiento (20 minutos de rodillo), mató la espera viendo la tele acompañado del ‘chaperon’ (vigilante) correspondiente.
Si Wiggins, como es de suponer, pues es el máximo favorito para el oro en la contrarreloj del miércoles, pasa algún control antidopaje olímpico al menos la espera, si la hubiera, le sería más cómoda, pues una de las condiciones impuestas por la normativa antidopaje del Comité Olímpico Internacional (COI) es que todas las instalaciones de control antidopaje deben contar con una nevera para enfriar las bebidas y con un televisor al menos. Será este el único detalle que se tenga con los deportistas en este asunto, pues acabados los tiempos de las campañas preventivas y educativas, fallidos los intentos de convencer a los deportistas de que doparse es malo porque es hacer trampas y hace daño a la salud, la nueva política es la de la guerra frontal, bajo su forma más fría, o, en términos actuales, la de la disuasión perceptiva. Es decir, el miedo.
Por eso, los números. Utilizando un modelo informático desarrollado en Estados Unidos, el COI ha calculado la cantidad de controles necesaria, para alcanzar un nivel de disuasión percibida adecuado. Habrá deportistas a los que disuadirán obligándole a pasar varios controles, y otros que se asustarán oyendo cuántos miles de controles se efectuarán solo en el periodo olímpico. Dotado de la última tecnología y construido con el apoyo financiero de los laboratorios GlaxoSmithKline, el laboratorio antidopaje de Londres analizará 6.250 muestras en 17 días, unas 300 diarias. A su frente estará David Cowan, del King’s College de Londres. Entre el 16 de julio y el 12 de agosto de 2012, todos los deportistas están sujetos a controles antidopaje sin aviso previo, en cualquier momento, en cualquier lugar, en el Reino Unido, fuera del Reino Unido, donde sea. El COI buscará acuerdos con cualquier organización nacional antidopaje para llevar a cabo esos controles. Los comités olímpicos nacionales son los responsables de proporcionar el paradero de todos sus deportistas. Todos los países deben resolver antes del comienzo de las competiciones cualquier caso pendiente que afecte a deportistas clasificados para los Juegos. También los comités olímpicos nacionales deben informar de los deportistas que cuenten con dos ‘missed tests’ antes de los Juegos. En los Juegos de Atenas se produjeron 26 positivos, y 14 en Pekín.
Por eso las palabras. “Será más difícil doparse ahora que hace 10 años”, declaró recientemente el presidente del COI, Jacques Rogge, ajustándose perfectamente a las necesidades del nuevo mensaje. “Quien se dope, que no venga, que le vamos a cazar”.
Por eso, los hechos. Nada mejor para meter miedo que anunciar un buen número de positivos llegado el momento para mostrar que las amenazas no son vanas. Después de confirmar que, en efecto, la marroquí Mariem Alauí Selsouli tenía un positivo por un diurético, la federación internacional de atletismo (IAAF) anunció hoy nueve nuevos positivos, seis de ellos gracias al pasaporte biológico. Selsouli, que había ganado en marzo la medalla de plata de 1.500 en los Mundiales de pista cubierta tras regresar de una suspensión de dos años por una EPO, dio positivo en la reunión de París el 6 de julio, en la que, con 3m 56,15s, logró la mejor marca mundial del año. Los seis casos de pasaporte biológico afectan a Abderrahim Gumri (Marruecos), Iríni Kokkinaríu (Grecia), Meryem Erdogan (Turquía) y las rusas Svetlana Klyuka Nailiya Yulamanova y Yevgenina Zinurova. Todos ellos son o semirretirados o atletas de segundo nivel. Además, la IAAF anunció también que debido a las sospechas despertadas por sus pasaportes biológicos, se procedió a reanalizar las muestras de tres atletas en los pasados Mundiales de Daegu, y que las tres han dado positivo: Inna Eftimova (Bulgaria), por hormona de crecimiento, y las ucranias Nataliya Tobias (bronce en los 1.500 de Pekín 2008) y Antonina Yefremova, por testosterona.
Según la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) en los meses previos a Londres se ha detectado en el mundo más de 100 positivos.
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