De Vallecas a Turín

En octubre del año pasado lo vieron por primera vez. Volvieron unas cuatro veces más. Suficientes para ficharle y adelantarse al Madrid, por ejemplo, que también preguntó por él. Nicolás Cañizares vestirá este año la camiseta de 'la Juve'. La de los ‘allievi bianconeri’, el tercer equipo, después del primero y del filial. Nico, como le llaman todos, lleva el 5 en la espalda, tiene 16 años, es central y hasta hace un mes era capitán de los cadetes del Rayo. Creció en Vallecas, donde llegó con siete años. De benjamín B fue pasando por todas las categorías. Empezó como delantero pero, curiosamente, dice que a él no le gusta eso de meter goles.

Mientras casi todos los chavales de hoy sueñan con ser Messi o Cristiano para hincharse a goles, a Nico le llena más ver todo el campo desde atrás desde su casi metro y noventa. “Jugué de delantero hasta hace tres años… Un día me pusieron en punta por lo típico: se había lesionado un compañero. Marqué cuatro goles y no me volvieron a mover de allí. ¡Pero a mí no me gustaba! Yo quería ser central”, dice mientras se toma un Aquarius sentado en la terraza de una cafetería de su barrio de Madrid, cerca de la Plaza Conde de Casal. ¿Por qué central? “Porque de central lo ves todo, me gusta robar balones y empezar la jugada desde atrás. Si se hace bien, puede ser muy bonito”, matiza.

Me vendrá bien una formación en otro país, además en Italia podré mejorar el cuerpo a cuerpo"

Se le ve seguro. Maduro, a pesar de sus 16 años. Sin demasiados miedos y con la cabeza bien amueblada. Con ganas de descubrir una nueva ciudad y una nueva cultura futbolística. “No me he parado a pensar si me da miedo irme, me vendrá bien una formación en otro país, además en Italia podré mejorar el cuerpo a cuerpo”, asegura. Italia y el ‘calcio’ que siempre han sido patria de centrales y que nunca han tenido problemas de abastecimiento en el centro de la zaga, buscan ahora defensas en el extranjero. “La del central es una posición que necesitamos cubrir y por la que necesitamos firmar a varios jugadores. Nico encaja en todas las características que buscamos: físico –fundamental para el fútbol italiano-, buena talla –con margen de mejora además porque está todavía desarrollándose- velocidad –ideal para las defensas adelantadas. Es correcto tácticamente, bueno en el juego aéreo y en la concentración”, explica Carlos Vargas, español y responsable de ojeadores del Juventus hasta hace pocas semanas. “Desde la primera vez que le vimos en octubre, a las últimas, pocos meses después, ya habíamos notado una mejoría”, añade.

Llega bien al cruce, es rápido, serio y con muy buena cabeza” Mateo García, entrenador de cadetes del Rayo Vallecano

La madurez es lo que también destaca Mateo García, su técnico en cadetes. “Es un chaval sensato y maduro. Ha progresado una barbaridad, al principio se aturullaba ahora ya empieza a tomar decisiones con confianza. Llega bien al cruce, es rápido, serio y con muy buena cabeza”. Como cualquier chico de su edad tiene que compaginar los entrenamientos con los estudios –“no me gusta demasiado estudiar, pero sí me gustaría ser periodista deportivo”, cuenta-. Dice que la decisión de irse a Turín y dejar España también la ha consultado con su novia. “Permiso concedido”, asegura. ¿Y eso de no poder salir por las noches cómo se lleva a esa edad? “Tengo claro que quiero llegar y si quieres llegar no puedes ir haciendo el tonto”, contesta.

En casa, sus padres se han ido turnando para ir a ver los partidos de fútbol de Nico y los de baloncesto de su hermana pequeña. Él creció con las fotos de Zidane, Roberto Carlos, Figo y Hierro colgadas en su habitación. “Somos muy del Madrid en casa, tenemos todavía la cinta de la Novena”, cuenta. Se le ve extasiado cuando habla de la ciudad deportiva de los blancos, a la que ha ido a jugar varias veces. “En la ducha de Valdebebas se puede montar un campo de fútbol… los vestuarios son enormes”, dice. Ahora conocerá otros más en Turín.

¿Y la Juve? “De ‘la Juve’ me acuerdo aquel equipo que eliminaba siempre al Madrid en ‘Champions’. Me amargaba las noches con Del Piero y Nedved”. A partir de mañana, cuando aterrice en Turín, sus noches tendrán otro sabor en la residencia del club ‘bianconero’. “Hay plazas para 45 chicos y siempre está llena”, asegura Carlos Vargas. Y si todo sale bien, Nico podría ir ascendiendo hasta el primer equipo.