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Voeckler, a pecho descubierto

El francés se lleva su segunda etapa del Tour y los tres primeros, Wiggins, Froome y Nibali, consolidan su posición

Voeckler celebra la victoria en la etapa de hoy
Voeckler celebra la victoria en la etapa de hoyJEFF PACHOUD (AFP)

Thomas Voeckler (Europcar) es un indomable, un ciclista que se rebela contra su condición de aparente secundario. Es agitador y es tenaz; a veces se sale con la suya y a veces no tiene suerte, pero es protagonista principal. El año pasado, peleó por entrar en el podio de París hasta el final. Este año, se ha llevado una etapa en Los Alpes y otra en los Pirineos y lo ha intentado más veces, en cada ocasión que ha podido. No guarda nada, a pecho descubierto en cada ascensión, y cuando no aprieta los dientes saca la lengua, boqueando, muerto por el esfuerzo. Hoy entró en la meta de Baghères de Luchon abriendo los brazos, casi formando una cruz con el resto de su cuerpo, agradeciendo el apoyo de un público entregado a su esfuerzo. De los favoritos y candidatos a la general, que este año no son quienes se llevan las etapas de montaña, se supo al final. Estirones de Nibali a punto de coronar el Peyresourde y respuesta coordinada de Froome y de Wiggins, él también, no se diga que ganará el Tour porque tiene a su lado al sudafricano.

Voeckler ha encontrado en su discreta posición en la clasificación general (hasta hoy marchaba 27º, a 44m 28s del líder) el salvoconducto perfecto para la gloria. Los favoritos no sienten sus ataques como una amenaza, porque no lo son, y allí que salta él, con Luis León un día, con una treintena de corredores en la etapa de hoy, un grupo muy amplio como para que no haya alguno dispuesto a poner en duda que él es protagonista.

Clasificaciones

16ª etapa:

1. Thomas Voeckler (Fra./Europcar), 5h 35m 2s

2. Chris Sorensen (Din./Saxo Bank), a 1m 40s

3. Gorka Izaguirre (Esp./Euskatel), a 3m 22s

4. Alexandre Vinokourov (Kaz./Astana), m.t.

General:

1. Bradley Wiggins (G.B./Sky), 74h 15m 32s

2. Christopher Froome (G.B./Sky), a 2m 5s

3. Vincenzo Nibali (Ita./Liquigas), a 2m 23s

4. Jurgen Van den Broeck (Bel./Lotto), a 5m 46s

5. Haimar Zulbeldia (Esp./RadioShack), a 7m 13s

Fue eliminando rivales a medida que descontaba kilómetros, hasta que solo le quedó uno, Brice Feillu (Sojasun), que marchaba 125º en la general. No fue un problema, y a media ascensión del Peyresourde lo dejó atrás. Por delante, un poco de subida y una bajada, todo muy cómodo; si uno es Voeckler, claro. El francés bajó solo, pero antes había coronado todos los puertos del día, que no eran poca cosa. Por este orden: Aubisque, Tourmalet, Aspin y Peyresourde. Se ganó la gloria, la etapa y el maillot de líder de la montaña. Así que entró solo en la meta, exultante otra vez, después de un Tour que comenzó con más dudas que certezas.

Por detrás, los favoritos mostraron lo de siempre. Evans confirmó que no está, con el añadido de que esta vez su incomparecencia parece definitiva; la etapa fue un calvario para él y ya marcha séptimo, a más de ocho minutos del líder. Nibali, que ataca pero con timidez, sin el convencimiento de que podría atacar para ganar el Tour y ser protagonista; sin el convencimiento de, por ejemplo, Voeckler. Froome enseñó a todos, otra vez, que es obediente, aunque sea el mejor. Y Wiggins, que es el que manda, aunque su compañero sea el mejor. De forma que pareció que más que progresar, todos buscaran conservar lo que tienen. En esa guerra, el que perdió fue Evans, pero era una derrota largamente anunciada. Nibali seguirá tercero por incomparecencia del rival, el australiano, y quizás no pueda ser más porque no tenga fuerzas suficientes o porque entienda que Sky es un muro demasiado alto para él.

Algo tendrá que ver en esa aparente complacencia de los favoritos el escenario en el que se desenvuelven, otra vez un final cuesta abajo, después de un día en el que se subieron dos puertos de categoría especial (los dos primeros de la jornada) y dos de primera. Mucho esfuerzo acumulado para que al final todo se juegue a 70 kilómetros por hora, el propio cuerpo en juego a cada curva. A Voeckler todo eso le da igual. Él quiere que le vean, en subida, en bajada. Él es protagonista porque quiere serlo y, también, porque los favoritos lo son menos.

Prólogo: Las variaciones Cancellara

Primera etapa: Los domingos generosos

Segunda etapa: Contra la melancolía, Cavendish

Tercera etapa: La construcción del personaje Sagan

Cuarta etapa: ¿Será Greipel el bosón de Higgs?

Quinta etapa: Y una montaña en San Quintín

Sexta etapa: Una guerra de guerrillas

Séptima etapa: El 'nuevo ciclismo' toma el poder

Octava etapa: Wiggins y sus 'enemigos'

Novena etapa: Wiggins, un Indurain muy locuaz

Décima etapa: Los maquis del Grand Colombier

Undécima etapa: Cuando el segundo es mejor que el primero

Duodécima etapa: Pedaleando en la luz

Decimotercera etapa: 14 de julio en Sète con Wiggins

Decimocuarta etapa: Luis León, la memoria genética y el instinto

Decimoquinta etapa: Una victoria sobre una garrapata

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