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Alonso firma una virguería de ‘pole’

El piloto de Ferrari vuela sobre mojado y arrancará en Silverstone el primero dos años después de ser el más rápido en unos entrenamientos y tras estar virtualmente eliminado de la Q3

Oriol Puigdemont
Fernando Alonso, en el circuito de Silverstone, bajo la lluvia.
Fernando Alonso, en el circuito de Silverstone, bajo la lluvia.andrew hone (GETTY)

Es en las condiciones más apuradas, en los momentos de más tensión, cuando los individuos más cualificados marcan la diferencia con los demás. En un marco tan competitivo y elitista como el Campeonato del Mundo de Fórmula 1, todos los pilotos de la parrilla son rapidísimos, por más que hay un puñado de tres o cuatro superdotados que están por encima del resto. En este reducido grupo de elegidos figura Fernando Alonso, tanto por los dos títulos que acumula en su palmarés, con Renault (2005 y 2006), como por el respeto que demuestran tenerle sus rivales, una consideración que se ha ganado a base de virguerías como la que ayer se sacó de la manga en Silverstone.

Es ‘solo’ la tercera vez que el español sale el primero desde que llegó a la ‘Scuderia’

En una pista inundada, Alonso se adjudicó su tercera pole desde que llegó a Ferrari y la primera desde el Gran Premio de Singapur de 2010, después de estar a un tris de quedarse fuera de la criba decisiva de la cronometrada (Q3) y colarse dentro en el último resuello de la segunda (Q2). De esta forma, el español enmendó un desliz de su equipo, que le hizo saltar al ruedo con las gomas intermedias cuando el asfalto pedía a gritos las de lluvia extrema. A su lado arrancará hoy (14.00, Antena 3 y TV3) Mark Webber, mientras que el tercero será Michael Schumacher.

Alonso celebra la pole junto a Webber, segundo, y Schumacher, tercero.
Alonso celebra la pole junto a Webber, segundo, y Schumacher, tercero.dimitar dilkoff (AFP)

Las distintas previsiones meteorológicas que se manejan en el paddock vaticinaban un último entrenamiento imprevisible, para seguir con la inercia que lleva este Mundial, y los hombres del tiempo dieron en el clavo. Superada la primera eliminatoria (Q1), los estrategas de la Scuderia calibraron mal el estado del cemento y pusieron en un aprieto a sus dos pilotos, que las pasaron canutas para mantener sus bólidos en los márgenes de la pista. Al darse cuenta del error, tanto Alonso como Massa enfilaron los garajes para dejar allí los compuestos intermedios y calzar sus prototipos con los extremos, justo en el momento en que el cielo se rompió y la sesión se suspendió. Las caras del asturiano, que figuraba el 16º en la tabla de tiempos, y de su compañero (el 15º), expresaban el enredo en el que estaban metidos, un panorama que aún se le oscureció más al ovetense tras la reanudación, una hora y media más tarde.

Esta vez volvió a sacar ese duende que le acompaña bajo la lluvia

El líder del certamen estaba virtualmente fuera de la Q3 al afrontar su última intentona de meterse en ella, cuando Romain Grosjean perdió el control de su Lotus, dio un trompo y quedó varado en la grava, a tiro de piedra de la línea de meta. Los comisarios de aquella zona comenzaron a ondear las banderas amarillas, una indicación que prohíbe a los corredores que circulan por allí rebajar su mejor tiempo en ese tramo, de modo que Alonso se vio con la soga al cuello, atrapado en un lío del que emergió a lo grande. Como si fuera un robot, la punta de lanza de Maranello se las apañó para lograr una última vuelta suficientemente buena como para colocarse entre los 10 más rápidos y, a la vez, que el último sector fuera más lento que el del giro anterior. O sea, un auténtico rompecabezas que resolvió como un artista, concediéndole al reloj un margen de solo seis milésimas. Una vez superado este segundo sofocón, el chico de Oviedo le puso el lacito a un sábado para enmarcar, sacando todo ese duende que le acompaña cuando conduce sobre mojado, y se sacó una última vuelta de vértigo que le colocó al frente del pelotón.

“En estas circunstancias tan complicadas, uno tiene que mantener la calma en los momentos difíciles. De todas formas, en estas condiciones esta puede ser la cronometrada menos importante del año porque todo puede dar un vuelco en unas pocas vueltas”, explicó Alonso, que dedicó esta pole a María de Villota.

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