Ibra castiga a Francia
El delantero sueco pone en evidencia al plantel de Blanc, rival de España en cuartos
Ibrahimovic se despidió con uno de los mejores goles de la Eurocopa. Así funcionan los mejores solistas, también en el fútbol, capaces de dejar constancia de su presencia con un detalle técnico imperecedero incluso en el partido del adiós de su selección, como era el caso de Suecia. Los suecos se van y dejan como recuerdo el gol de Ibrahimovic. Aquí se queda Francia, anoche derrotada y desmitificada por los chicos de Hamren, obligada ahora a cruzarse con España, después de la victoria de Inglaterra. Fracasó Blanc en el planteamiento y tampoco se corrigió la selección con los cambios, de manera que no se sabe muy bien qué pensar de los franceses, intimidadores a su llegada por su plantel y ahora mismo desfigurados y sin fútbol.
SUECIA, 2 - FRANCIA, 0
Suecia: Isaksson; Granqvist, Mellberg, Jonas Olsson, Martin Olsson; Svensson (Holmén, min.79), Kallstrom; Larsson, Ibrahimovic, Bajrami (Wilhemsson, min.46); Toivonen (Wernbloom, min.78). No utilizados: Par Hansson, Wiland, Antonsson, Lustig, Safari, Elm, Elmander, Hysen y Rosenber.
Francia: Lloris; Debuchy, Mexes, Rami, Clichy; Ben Arfa (Malouda, min.59), Nasri (Ménez, min.78), Alou Diarra, M'vila (Giroud, min.83), Ribery; Benzema. No utilizados: Mandanda,Evra, Reveillere, Koscielny, Martin, Valbuena y Matuidi.
Goles: 1-0. M.54. Ibrahimovic. 2-0. M..91. Larsson.
Árbitro: Pedro Proenca (POR). Amonestó a Svensson, Holmén, Mexes.
Olímpico de Kiev, unos 35.000 espectadores.
A falta de un temporizador, necesitada como está de un centrocampista que marque el ritmo del partido, Francia solo se despliega cuando Benzema se arranca desde la línea de los tres cuartos y filtra el pase para Ribéry, Ben Arfa o Nasri. El frente de ataque es técnicamente tan intimidador como poderoso son sus dos medios defensivos: el reaparecido M’Vila y Alou Diarra. La cuestión es que es muy difícil que mezclen medios con delanteros, máxime cuando faltan Ménez —apercibido de sanción— y el lesionado Cabaye, y por otra parte a veces le cuesta en exceso tomar la iniciativa, como ayer ante Suecia.
Ya eliminados, los suecos jugaron muy liberados, hasta cierto punto alegres y desenfadados, circunstancia que les permitió dominar el encuentro desde la salida. No se había cumplido un cuarto de hora y ya habían rematado tres veces al marco de Lloris y si no habían marcado era porque Toivonen no acertó a rematar a puerta vacía después de haber recortado al portero en una jugada muy mal defendida por el central Mexès, baja por sanción ante España. Ibrahimovic acaba de renovar su fe en la selección y quería dejar huella en su despedida del torneo.
Los suecos se asociaron y combinaron con relativa facilidad ante el absentismo de los franceses. No daban tres toques seguidos los muchachos de Blanc y, partido como estaba el equipo, no había manera de que el balón llegara a sus delanteros. Los disparos a media distancia fueron el único acto de fe de Francia hasta el descanso y ninguno enfocó la portería. El primer tiempo resultó muy aburrido, sin remates ni juego, solo pérdidas reiteradas del balón y faltas. Los franceses solo parecieron despabilarse cuando se enteraron del gol de Rooney. La victoria de Inglaterra les descabalgaba del liderato y les mandaba al cruce con España. El partido se abrió y en cinco minutos pasaron más cosas que en 45.
Los franceses no dieron pie con bola, pero pueden desafiar a cualquiera
Del intercambio de golpes sacó mayor provecho Suecia, circunstancia que denunció los problemas en la mecánica de juego de Francia: no atacaba ni controlaba el juego. Lloris sacó dos tiros de gol, uno a Whilhelmson y otro a Melberg, antes de que Ibrahimovic enganchara de volea y a la media vuelta un centro desde la derecha y pusiera el balón en la red. Un golazo propio de un fuera de serie como el ariete sueco, cuyos recursos técnicos le permiten sacar los tiros más imposibles dentro del área. Nadie fue capaz de replicar al gol de Ibra.
A Blanc no le sirvió de nada recurrir a Malouda, Menez y Giroud. Hubo, ciertamente, un par de remates en jugadas francas y muy poco más. Al fin y al cabo, el empate tampoco cambiaba los emparejamientos. Y, por si quedaba alguna duda, Larsson remató la contienda con un segundo gol cuando se cumplía el tiempo reglamentario. Francia fue una simple espectadora del partido. Aunque hasta ahora nunca ha sido protagonista de un encuentro, al menos había ofrecido momentos muy interesantes. No pasó lo mismo contra una selección eliminada de salida, como Suecia. Ayer no dio pie con bola. No se sabe si fue por falta de motivación o por una mala noche. Jugadores tiene, desde luego, para desafiar a cualquiera, incluso a España.
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