El Niño ha vuelto a casa

Está por ver si España ganará la Eurocopa, pero resulta evidente que Torres ha vuelto. El Niño, que ha vivido un año para olvidar en el Chelsea, marcó el gol más rápido de La Roja en una Eurocopa, a los tres minutos y 22 segundos, y también el tercero del encuentro. El héroe de Viena, el hombre que dio a España la Eurocopa hace cuatro años, ese que pasó con más pena que gloria por el Mundial de Sudáfrica, que casi se cae a un abismo en el barrio de Chelsea, ha vuelto a casa definitivamente. Llegó a pensar que Del Bosque no le convocaría, pero aquí está: La Roja tiene 9 y se llama Torres. Fue designado por la UEFA como el mejor jugador del partido.

“Le pusimos para que hiciera lo que ha hecho. Pensábamos que íbamos a tener la iniciativa y controlar el partido y en este escenario quisimos aprovechar su habilidad para jugar al límite del fuera del juego y buscar los espacios. Lo ha hecho muy bien”, resumió Del Bosque.

Sin minutos ni goles en el Chelsea, Torres perdió la confianza en sí mismo. Del Bosque le pidió razones para convocarle y le exigió un cambio de actitud. No le citó para un amistoso en febrero contra Venezuela y Torres vio las orejas al lobo. Entendió el mensaje y se dio cuenta de que el único culpable de su situación era él mismo por haberse convertido en un futbolista de esos a los que siempre odió: se entrenaba mal, no jugaba, no marcaba y, lo que es peor, casi le daba igual. Pero El Niño reaccionó, terminó la temporada obligando al entrenador del Chelsea a devolverle al campo y llenó de razones a Del Bosque para estar en la lista. No contento con eso, apareció en la concentración de Austria y demostró que volvía a ser quien fue, ese que siempre trabaja con seriedad, convive con alegría y hace del compañerismo bandera, de nuevo humilde y sonriente.

Requería el partido movimiento entre los centrales, no fijarlos, y Torres lo entendió a la perfección

Requería el partido movimiento entre los centrales, no fijarlos, y Torres lo entendió a la perfección generando espacios para que Iniesta y Silva llegaran desde la banda al área. Si ayudó a España a jugar muy bien no fue solo por los goles, sino que el criterio en sus movimientos resultó fundamental con el balón y sin él. Terminó el partido contra Italia con una bronca de Del Bosque por no presionar a un defensa italiano en la última acción, que pudo costar cara a España. Ante Irlanda jugó un partidazo y, más allá de los dos goles, trabajó la presión, se fue a la banda, se movió mucho, combinó y se demostró a sí mismo y a la afición que la pesadilla ha terminado y que ha recuperado el gol.

Torres tiró cinco veces, tres entre los tres palos, y marcó dos goles. Suma ya 26 partidos en las fases finales de la Eurocopa, el Mundial o la Copa Confederaciones. “Hicimos un buen partido desde el primer minuto”, dijo Torres, que convino que el gol le ayudó a sentirse más cómodo, a él y al equipo. “No fue una decepción ser suplente contra Italia”, añadió; “somos 23 compañeros y todos formamos el mejor equipo del mundo. A este nivel, no puede ser una decepción ir al banquillo. He tenido suerte de estar en el once, pero si el míster decide jugar con otro contra Croacia lo entenderé”. Y cerró: “Estoy feliz, muy feliz”. Torres marcará la fecha de ayer en el calendario por lo que significa, pero sabe que su regreso a casa empezó hace tiempo: “Fue en un partido contra el Wolverhampton. Íbamos ganando, salí a prepararme y Stamford Bridge coreó mi nombre. Ese día vi que había gente esperándome”.