Un Tour sin Andy
El gran rival de Contador renuncia a la carrera francesa a causa de la fractura del sacro sufrida en una caída en el Dauphiné
El duelo en el Tourmalet del Tour de 2010 simbolizó como ninguna otra acción la rivalidad única entre Alberto Contador y Andy Schleck, uno de los grandes leitmotiv del ciclismo en los últimos años. Caballerosamente, después de asegurarse el maillot amarillo, Contador cedió la victoria a su amigo Andy. Pocos podrían imaginar entonces el valor excepcional, irrepetible, del momento. Dos años después, en un despacho de su país, el luxemburgués recibió el maillot amarillo, el de la victoria de la que había sido despojado el español por dopaje, además de ser castigado con no participar en la edición de 2012. Hoy, dos semanas después de aquel instante, Andy ha anunciado que él tampoco estará el próximo 30 de junio en Lieja, donde comenzará la grande boucle y citaba a Contador para el duelo del retorno en la próxima Vuelta, que empezará el 18 de agosto en Pamplona.
¿La razón?
Llegaré perfecto a la Vuelta, que ya es mi mayor objetivo y donde me espera Contador
A Andy Schleck se lo llevó el viento en la contrarreloj del Dauphiné, hace una semana, y en la caída sufrió una fractura del sacro, la vértebra en forma de cuña sobre la que se asienta el ser humano, el último hueso de la columna antes del amago de rabo, el coxis. “La rotura no compromete mi movilidad”, ha dicho Andy, lloroso, en una conferencia de prensa, “pero es muy dolorosa. No podré sentarme en la bicicleta en un periodo de entre cuatro y seis semanas, pero llegaré perfecto y muy motivado a la Vuelta, en la que me espera Contador”.
El hermano pequeño de los Schleck, de 27 años, es el único ciclista que ha subido al podio de los tres últimos Tours, como segundo de 2009 a 2011, aunque luego ascendió a primero en 2010. Segundo también en el Giro de su debut, el de 2007, en la Vuelta, sin embargo, sus registros son más tristes: se retiró en la octava etapa de 2009 y fue expulsado por el director de su equipo, Bjarne Riis, al enterarse de que había salido una noche de copas tras la novena etapa de la de 2010.
La fractura del sacro fue el último incidente para Andy de una temporada en la que, como dicen los franceses, ha estado transparente (invisible). Retiradas en varias carreras, una lesión de rodilla, más caídas... “Esta es la decepción más grande de mi carrera”, ha dicho Andy, autor de la más bella acción del Tour pasado: el ataque del Galibier, en el que le faltó poco para desestabilizar al ganador final, el australiano Cadel Evans. “Mi gran sueño era ganar el Tour en la carretera y no sé si lo habría conseguido, pero, lo gane quien lo gane, el británico Bradley Wiggins o mi hermano Fränk, nadie me oirá decir que tuvieron la suerte de que yo no estuviera ahí”.
La desgracia de Andy simboliza también el mal año de su equipo, el RadioShack, nacido de la fusión entre su Leopard de 2011 y la estructura de Bruyneel, que acudirá al Tour con Fränk como líder único. Las únicas victorias del conjunto en 2012 son las que logró en primavera el suizo Fabian Cancellara, que se rompió una clavícula.
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