100 pases fallados

La mayoría de los protagonistas coincidieron en echar parte de la culpa al empedrado. Acostumbrados a tapetes húmedos y rápidos sobre los que deslizar sus pases, a los internacionales españoles el césped del Arena de Gdansk les pareció lija.

Sea por lo que fuera, el porcentaje de desatino de La Roja empañó su estadística en el estreno en la Eurocopa con un dato que chirrió sobremanera: 100 pases fallados. Algo poco inusual en la coreografía de España. Xabi Alonso y Xavi, habituales de la escuadra y el cartabón, acapararon entre ambos 30 fallos en el centenar de entregas erráticas. 16 del tolosarra y 14 del de Terrassa. Tras ellos, el capitán, Casillas, que, apurado por los atacantes italianos recurrió más que nunca al patadón: falló 12 pases. Igual que Arbeloa (nueve) o Ramos (seis), atosigados por la intensa presión de Balotelli primero y Di Natale más tarde y en la misma línea el resto de los pupilos de Vicente del Bosque. No perdió su estilo España, que sumó 677 pases (361 más que su rival), pero sí rebajó su afinación. Como síntoma, el propio Iniesta equivocó su brújula una decena de veces.

Italia, en cambio, sumó 93 entregas fallidas en la versión menos encorsetada y rocosa de su ideario. Una anomalía que marcó el devenir del encuentro y repartió los puntos en la árida pradera polaca.

En el último ensayo antes del campeonato, ante la China de José Antonio Camacho en La Cartuja, los españoles repartieron 809 entregas y 736 de ellas tuvieron el destinatario elegido. Frente a Italia, Del Bosque pobló la alineación de centrocampistas de toque, y hasta el delantero, Cesc, tenía tarjeta de presentación de medio. Pese a ello, La Roja falló más pases que La Azzurra, una situación inusual.