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Dos caminos y un destino

El Bayern solo ha sufrido en semifinales ante el Madrid, mientras que el Chelsea ha tenido que recurrir a la épica para llegar a la final

Javier Lafuente
Los jugadores del Bayern celebran una parada de Neuer en la tanda de penaltis de la vuelta de la semifinal ante el Real Madrid.
Los jugadores del Bayern celebran una parada de Neuer en la tanda de penaltis de la vuelta de la semifinal ante el Real Madrid.Shaun Botterill (Gettyimages)

Bayern y Chelsea llegan a la cita de mañana en Múnich tras haber seguido caminos paralelos, pero con diferente desnivel. Dos etapas de una misma vuelta: una llana, sin sobresaltos, con un repecho final en el Bernabéu durísimo del que casi se descuelga el conjunto alemán, frente al continuo sube y baja de los ingleses, con un arreón final en Barcelona que casi les deja sin aliento. La comodidad con la que han transitado los alemanes por esta Liga de Campeones es inversamente proporcional a lo que ha sufrido el Chelsea para lograr optar al máximo cetro europeo en la última subida, la de mañana en el Allianz Arena. 

Lampard celebra el pase a la final en el Camp Nou. Detrás de él, Torres, Cole y Kalou.
Lampard celebra el pase a la final en el Camp Nou. Detrás de él, Torres, Cole y Kalou.Adrian Dennis (AFP)

El equipo bávaro arrancó su andadura en la Champions un mes antes que su rival en la final. El 17 de agosto se enfrentaba al Zúrich en la ida de la ronda previa que daba acceso a la fase de grupos, una eliminatoria cómoda (2-0 y 0-1) para los alemanes, que accedieron a uno de los grupos más complicados de esta temporada, junto a Manchester City, Nápoles y Villarreal, y por el que transitaron con mucha tranquilidad. Solo cedió un empate en su visita a San Paolo y perdió en Manchester, en la última jornada, cuando no se jugaba nada.

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Más complicado le resultó el pase al Chelsea, que se cruzó con el Bayer Leverkusen, Valencia y Genk. El equipo inglés sudó tinta, pero al final consiguió clasificarse primero de grupo tras arrollar al conjunto español (3-0) en el último partido en Stamford Bridge. Y es que si en algo coinciden los dos equipos es que han convertidos sus respectivos estadios en un auténtico fortín. Han ganado todos los partidos que han disputado como locales este año en Europa; los ingleses solo han cedido dos goles, mientras que a los alemanes les han marcado cuatro.

Clasificado también como primero de grupo, el conjunto que dirige Jupp Heynckes ha tenido, hasta llegar a la semifinal, dos cruces mucho más asequibles que los de su rival en la final. El susto que recibió en la ida de los octavos, al caer por la mínima (1-0) en su visita a Basilea, fue un espejismo que se encargó de zanjar Mario Gómez en el encuentro de Múnich anotando cuatro de los siete goles que le endosaron a los suizos. El delantero alemán, con 12 tantos, aún tiene posibilidades de superar en la tabla de máximo realizador a Messi, que la encabeza con 14 goles. La calma chicha continuó también en los cuartos de final, donde la locomotora bávara, liderada una vez más por Robben y Mario Gómez, liquidó sin remilgos al Olympique de Marsella.

A trompicones, los blues se han plantado en la final sufriendo más de lo esperado

A trompicones, los blues se han plantado en la final sufriendo más de lo esperado en algunas ocasiones, recurriendo a la épica en otras, como sucedió en los octavos de final. El 3-1 que le endosó el Napoles en San Paolo hacía presagiar un futuro muy negro para el conjunto que por aquel entonces dirigía Villas-Boas, que no llegó a sentarse en el banquillo en el encuentro de vuelta. Apenas una semana después de haber sido nombrado, Roberto di Matteo, recurriendo a la vieja guardia de los blues, levantó la eliminatoria con un tanto de Ivanovic en la prórroga que colocaba el 4-1 en el marcador. Ya en cuartos, tras vencer en la ida al Benfica en Portugal, se complicó el partido de vuelta con un tanto del español Javi García en el minuto 85, que volvía a poner al Chelsea al borde del abismo. Esta vez fue Raul Meireles quien, en el descuento, sentenciaba la eliminatoria y daba la oportunidad a los ingleses de enfrentarse con el actual campeón. 

Abonados al sufrimiento, el conjunto londinense siguió martirizando a sus seguidores en la semifinal ante el Barcelona, que contemplaron exhaustos cómo el batallón azulgrana no logró derribar el muro que implantó Di Matteo, ni siquiera con uno menos tras la expulsión de John Terry en el Camp Nou. Y si los blues pasaron por un calvario para llegar mañana al Allianz Arena, no menos sufrieron los alemanes ante el Real Madrid, que hasta la tanda de penaltis del Bernabéu no sellaron su pase a la cita final, el último puerto, de categoría especial, de esta particular vuelta.

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Sobre la firma

Javier Lafuente
Es subdirector de América. Desde 2015 trabaja en la región, donde ha sido corresponsal en Colombia, cubriendo el proceso de paz; Venezuela y la Región Andina y, posteriormente, en México y Centroamérica. Previamente trabajó en las secciones de Deportes y Cierre del diario.

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