“Cuando crees, suceden estas cosas”
Zabaleta resume la alegría de los jugadores del Manchester City tras conquistar el título de la 'Premier' 44 años después
Con la bandera de Italia anudada al cuello, el técnico Roberto Mancini, con las facciones de la cara relajadas ya tras el tremendo susto que acababa de vivir, era el primero en aguardar ansioso en el túnel de vestuarios del Etihad Stadium de Manchester al protocolario acto de entrega del título de la Premier League. Minutos antes se había desgañitado pidiendo a su equipo que se volcase al ataque en pleno arrebato desesperado.
Sereno, tras haber conseguido un título que se le resistía a los citizen desde 1968, más de cuatro décadas después, recogía la medalla y enfilaba el podio de los campeones. "Este es un gran día para el club y para sus aficionados. Han sido 44 años sin ponerle las manos encima al título y eso es mucho tiempo", explicó el técnico italiano y añadió: "Mejoramos mucho respecto al año pasado y hemos sido capaces de mantenernos firmes de cuerpo y mente durante toda la temporada".
Fueron desfilando tras él los millonarios fichajes que le llegaron caídos de la chequera del propietario Mansour bin Zayed Al Nahyan. Primero Dzeko, después Nasri, Agüero, Clichy, Silva… y un renqueante Yayá Toure, nombrado mejor jugador de Inglaterra y que tuvo que ser sustituido por un pinchazo en el muslo. “Cuando crees en ti mismo suceden estas cosas”, confesó Pablo Zabaleta una vez comenzada la fiesta sobre el campo. “Solo he marcado un gol en toda la Liga, y pensé que no valdría para nada”, comentó el lateral argentino entre risas, obcecado en lograr un título que no quería ver pasar. “Por esto [el título de Liga] sabía que había tomado la decisión correcta”, se justificó Samir Nasri, ex del Arsenal, en declaraciones a la televisión inglesa. “Lo celebraré por todo lo alto con mi familia y mis amigos. Este título es para la afición, ¡Vamos!”, se despidió.
Solo he marcado un gol en toda la Liga, y pensé que no valdría para nada” Pablo Zabaleta
Con el tema Wonderwall de Oasis, grupo referencia para la hinchada por su vinculación al club, sonando de fondo a modo de himno moderno, se sucedían los abrazos entre los jugadores. “No necesito más, esto es lo máximo para mí”, reconocía el joven portero Joe Hart, una de los jugadores más reconocidos a lo largo de la temporada. En el epicentro del tumulto, Vincent Kompany, el capitán levantaba la copa de campeones con los brazos tiesos como si no quisiera descender el trofeo del cielo. Ahí se siente ahora el Manchester City. Su vecino, el Mufc, es ahora el vecino apesadumbrado.
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