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Nunca es tarde para Tiralongo

El ciclista italiano se hace con la séptima etapa del Giro por delante de Scarponi y Schleck ● Hesjdal, nueva 'maglia' rosa

GORKA PÉREZ
Paolo Tiralongo celebra su triunfo.
Paolo Tiralongo celebra su triunfo. LUK BENIES (AFP)

A falta de siete kilómetros, Stefano Pirazzi, se lavaba el casco con agua mientras el líquido le valía para recuperar pulsaciones. Distanciado, no tanto como él pensaba, se debatía entre dar un golpe o guardarse las fuerzas para un desgaste no muy lejano. Calmado, solo en apariencia, rehidratado momentáneamente, trataba de despegarse de José Herrada. El conquense del Movistar, con un pedaleo limpio, conocedor del brío final, se mantenía a distancia. Parecía que a falta de solo tres kilómetros, los 16 segundos de distancia respecto al pelotón gobernado por el Astaná serían suficientes. Es el problema de calcular metros con espacios, sin reparar en lo que viene por detrás. Quizá por eso se despistó el italiano en una curva a falta de un kilómetro y dio vía libre a Herrada, que cogió el descenso como una bañera en la que perderse. Parecía clara la victoria del español, solo porque el retrovisor del corredor del Movistar no mostraba el revuelo trasero. Un enjambre descontrolado que ya miraba de cerca a la avanzadilla. Le sobró un kilómetro, cuando le pillaron los sprinters.

Clasificación de la general

1. Ryder Hesjedal (CAN-Garmin) 26h16:53

2. Paolo Tiralongo (ITA-Astana) a 15

3. Joaquim Rodriguez (ESP-Katusha) a 17

4. Christian Vande Velde (USA-Garmin) a 21

5. Peter Stetina (USA-Garmin) a 26

6. Daniel Moreno (ESP-Katusha) m.t.

7. Roman Kreuziger (CZE-Astana) a 35

8. Ivan Basso (ITA-Liquigas) a 40

9. Giampaolo Caruso (ITA-Katusha) a 45

10. Dario Cataldo (ITA-Quickstep) a 46

Subido el piñón del pelotón, se alborotó la cabeza de punta con un duelo al alba, aunque fuera por la tarde, entre Paolo Tiralongo y Michele Scarponi. Una especie de subasta sin martillo sobre una cadena que no se descubrió hasta los últimos metros. Extasiado, el ciclista del Astaná cruzó la meta sin ningún recurso extra en el interior. Con la bicicleta al margen, yacía sobre el suelo, a la caza de una bocanada de oxigeno más sabrosa que la victoria. Brazos y piernas abiertos, como una figura rupestre, sostenían el suelo encorsetado de Rocca di Cambio [municipio donde terminaba la etapa]. A dos meses de cumplir 35 años, Tiralongo se pegó un gustazo.

Tras Scarponi, atrevido en la definición, cruzó la meta en tercer lugar Franck Schlek, mientras que el primer español fue el madrileño del Katusha Daniel Moreno. La maglia rosa se la adjudicó el canadiense Ryder Hesjedal (Garmin-Barracuda) tras entregárselo en bandeja su anterior propietario, Adriano Maloni, que decidió aislarse de la carrera a falta de 15 kilómetros. Con su segunda victoria como profesional, Paolo Tiralongo, estampa delicada sobre el suelo de Rocca di Cambio, se reafirmó a sí mismo que para vaciarse, nunca es tarde.

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Sobre la firma

GORKA PÉREZ
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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