Una sorpresa doble

Es un enigma que la Federación de tenis intenta desentrañar con un largo email semanal a sus tenistas. ¿Qué españolas pueden competir en el dobles femenino en los Juegos de Londres 2012?

Al día de hoy eso es un misterio. Como las parejas se clasificarán según la combinación de su ránking y ningún país ha presentado aún oficialmente sus duplas, es imposible saber dónde estará el corte. La Federación, que en sus comunicaciones semanales con las tenistas maneja hasta 300 posibles parejas, calcula que la suma del ránking de las jugadoras que elija para formar equipo no podrá superar el número 75… pero a solo dos meses y medio de la cita olímpica, las tenistas han decidido olvidarse de matemáticas y empezar a competir en el torneo de Madrid como si sus uniones fueran definitivas, aunque eso nadie pueda asegurarlo. Eso ha dado lugar a una situación rocambolesca. Anabel Medina, ex número tres de la especialidad y plata en Pekín 2008, ha debutado en la capital junto a Arantxa Parra, dando por definitivamente rota su asociación con María José Martínez, ex número cuatro y maestra de maestras en 2009, que, convaleciente de una lesión de rodilla, prefiere competir con Nuria Llagostera, la pareja con la que alzó ese título tras ganar, entre otras, a las hermanas Williams. Medina y Martínez, diestra y zurda, jugadora de fondo y de red, ritmo y saque, una combinación perfecta, se entrenaron, compitieron… y rompieron.

“Son dos parejas que por ránking pueden entrar en los Juegos”, defiende Gonzalo López, su técnico. “En el caso de Anabel y Arantxa, se llevan bien y se conocen desde siempre, ayuda que sean las dos valencianas, y eso se ve en la pista. No les afecta ni les altera que la otra falle”.

Las tenistas esperan que la Federación siga el camino marcado por ellas, que respete su criterio y que apueste por una dupla que se estrena a menos de tres meses de la cita olímpica (Medina-Parra) y por otra que estaba consolidada (Llagostera-Martínez) pero que se había roto por voluntad propia. Los ejecutivos, sin embargo, no lo tienen tan claro. “A las jugadoras”, explican fuentes federativas; “les hemos explicado que el ránking individual se lo ganan (cuatro podrán jugar el torneo individual en Londres) y que el dobles es una decisión técnica (según la combinación de ránking, se podrían formar dos parejas con las cuatro representantes en individuales o con dos de estas y dos especialistas en dobles)”, prosiguen. “Especular con quién jugará es complicado porque quedan muchos puntos en juego hasta Roland Garros, con lo que podría variar el ránking y, como resultado, las combinaciones”.

Son las complicadas cábalas de los Juegos, que convocan sueños cada cuatro años. En consecuencia, se suceden extrañas situaciones: la argentina Paola Suárez, por ejemplo, no parece tener suficiente con su prodigioso currículo (ocho grandes en dobles, un bronce olímpico, el número uno por parejas…) y juega en la capital uno de sus primeros torneos desde que ha decidido que el retiro no es para ella y que merece la pena asaltar Londres 2012 en compañía de su compatriota Gisela Dulko.