La inmensa pena de Canales

No podía soportar ni el dolor físico ni el anímico. Sergio Canales (Santander, 1991) se tapó la cara con una sábana al abandonar en camilla Mestalla en el minuto 59 de la semifinal de la Liga Europa que el Valencia perdió ante el Atlético. Sabía que se había roto otra vez el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, la misma lesión de la que acababa de recuperarse seis meses después. La misma pena: otros seis meses de sufrimientos en la recuperación. Los gritos de dolor estremecieron a sus compañeros, incapaces de volver a meterse en esa maldita semifinal. Canales había vuelto en un gran estado de forma y su recaída, al igual que la reciente de Rossi, el delantero italiano del Villarreal, invita a reflexionar sobre el tiempo en que los futbolistas de élite regresan a la alta competición después de lesiones tan graves. Tal vez demasiado rápido.

Canales trabajó a destajo para acelerar su vuelta a los campos de fútbol, según contó su padre, Ángel, en el programa El Larguero, de la Cadena SER. “No había domingos ni festivos para él, siempre trabajando”, explicó. “Y volverá a hacer lo mismo”. El Valencia lo va a echar de menos en este tramo final de Liga, donde debe defender el tercer puesto y sus tres puntos de ventaja sobre el Málaga, al que visita el domingo en La Rosaleda (18.00). Tras traspasar a Mata al Chelsea el verano pasado, el club de Mestalla consiguió que el Madrid le cediera a Canales, que no contaba para José Mourinho. En estos seis meses de lesión, el chico no recibió ni una llamada del entrenador portugués interesándose por su estado. El Valencia, que paga al Madrid un millón por cada una de las dos campañas de cesión, podrá quedarse en propiedad al jugador si abona 12 millones al final de este curso o 15 al final del próximo. El club valenciano también se encarga de su ficha: 1,5 millones anuales.

Golpeado por la desgracia de las lesiones, Canales sólo ha podido disputar 11 partidos con el Valencia. A su favor juega la juventud y los precedentes de otros jugadores históricos (como Camacho) que construyeron largas y sólidas carreras después de superar también lesiones de un año de baja.