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Michael Jordan: el mejor en la cancha, el peor en el despacho

Los Bobcats de Charlotte, propiedad de la legendaria estrella, concluyen con el peor porcentaje de victorias en la historia de la NBA: el 10,6%

Robert Álvarez
Michael Jordan, durante un partido de la NBA de su equipo contra Orlando Magic.
Michael Jordan, durante un partido de la NBA de su equipo contra Orlando Magic.REUTERS

La temporada ha sido corta, pero suficiente para convertirse en un suplicio para los Bobcats de Charlotte. El equipo, propiedad de Michael Jordan, consumó el fiasco con una nueva derrota que culmina su desastrosa andadura y le otorga la condición de ser el equipo con peor porcentaje de victorias en la historia de la NBA. Jordan, además de copropietario desde que invirtió entre 7,8 y 15 millones de euros en junio de 2006, ejerció como director de operaciones, el mismo cargo que desempeñó previamente en los Wizards de Washington.

Charlotte perdió ante Nueva York (84-104) y sumó su derrota número 59, por solo 7 victorias. Su porcentaje de triunfos, del 10,6%, es el peor en la historia de la NBA, superando al hasta ahora más bajo, el obtenido por los Sixers de Filadelfia con un 11%, resultado de 7 victorias y 73 derrotas en la temporada 1972-1973 .

La deficiente gestión de Jordan se resume en el fiasco de dos jugadores por los que apostó años atrás. En 2006 eligió a Adam Morrison como número tres del draft por delante de jugadores como Brandon Roy o Rudy Gay. Morrison no se adaptó a los sistemas del entonces entrenador de los Bobcats, Larry Brown y, colmo de desgracias, sufrió una lesión. Luego fichó por los Lakers, donde apenas jugó.

No fue el primer fracaso de Jordan, que ya en los Wizards, después de traspasar a Juwan Howard y Richard Hamilton, optó por Kwame Brown como número uno del draft en 2001. La carrera del pívot de 2,11 metros ha resultado un completo fracaso. En aquel draft estaban, entre otros, Pau Gasol, número tres, Tyson Chandler, número dos, o Jason Richardson, número cinco. “La gente apunta los errores, raramente los éxitos”, se defiende el hombre que maravilló al mundo entero y que ganó seis anillos con los Bulls de Chicago y dos medallas de oro olímpicas con la selección de Estados Unidos, en 1984 como líder del equipo universitario que dominó a España en la final, y en 1992, formando parte del dream team. Durante los tres años de Jordan como jugador y directivo de los Wizards, el balance del equipo fue de 110 victorias y 179 derrotas. Fue despedido en mayo de 2003.

En Charlotte se reprocha a Jordan que no se ocupe más del equipo. Vive en Chicago y se le ve más en los partidos universitarios en los que juegan sus hijos, promocionando su línea de ropa, en las carreras de motos o jugando al golf que en el pabellón de los Bobcats. También es criticado por haber nombrado directivos a sus viejos amigos de la Universidad de Carolina del Norte.

Jordan lució durante muchos años de su carrera como jugador el número 23, precisamente el número de derrotas consecutivas con las que han concluido los Bobcats su desastrosa temporada, en la que 21 de sus derrotas se han producido además por un mínimo de 20 puntos. No podía producirse peor deshonra para un jugador legendario y para su número predilecto. Jordan ha reaccionado como si nada. “Deseamos contar con las mayores opciones en la lotería del próximo draft (los equipos peor clasificados son los que cuentan con más posibilidades de elegir a los mejores jugadores). Desde que soy propietario del equipo hemos realizado movimientos positivos en los despachos. Hemos tenido dificultades para conseguir jugadores con talento. Esta temporada los jugadores con más clase no han respondido, pero eso no me va a hacer desistir en mis planes”.

Los seis mejores jugadores del equipo en las últimas temporadas han sido traspasados: Stephen Jackson (San Antonio), Gerald Wallace (New Jersey), Raymond Felton (Portland), Boris Diaw (Sacramento), Nazr Mohammed (Oklahoma) y Tyson Chandler (Knicks). Al principio de esta temporada, Jordan declaró: “No creo que vaya a ser un año perdido. Tenemos algunos jugadores buenos que pueden ayudarnos a meternos en los playoffs. Tenemos suficiente calidad”. Visto lo sucedido, el criterio como propietario y planificador deportivo del que fuera el mejor jugador de la NBA, no podía ser más equivocado. Jordan, que logró un récord de 72 victorias con los Bulls en la temporada 1995-1996, suma como propietario de los Bobcats un balance de 185 victorias y 290 derrotas en seis temporadas en las que solo una vez lograron meterse en los playoffs y no ganaron ningún partido.

Corey Maggette es el único anotador contrastado en los Bobcats, que cuenta con un base con una buena proyección como Kemba Walker y jugadores como Gerald Henderson, DJ Augustine, Byron Mullens, Reggie Williams –all star en la liga de desarrollo-, Derrick Brown, DJ White, Bismack Biyombo, el pívot que jugó en el Fuenlabrada, Tyrus Thomas, un jugador que apuntaba mucho pero que se ha demostrado conflictivo y poco trabajador, Cory Higgins, otro jugador proveniente de la Liga de Desarrollo, Matt Carroll, DeSagana Diop y el veterano jugador mexicano Eduardo Nájera.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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