Yamaha aúpa a Lorenzo
La fábrica de Iwata exhibe su superioridad en Catar, circuito en el que Stoner ha sumado cuatro victorias en cinco años
Bien con una Ducati, bien con una Honda, Casey Stoner le tenía la medida tomada al trazado de Losail, ese en el que se corre bajo 3.600 postes que generan luz suficiente para iluminar una calle residencial desde Doha a Moscú. Ese con una recta de un kilómetro y tantas curvas a la derecha (10, por seis a la izquierda) que Bridgestone ha tenido que hacer este año un neumático especial, asimétrico, para evitar tantas caídas por neumático frío. Pero Yamaha se ha puesto las pilas, ha eliminado la diferencia, a veces abismal, que el año pasado le separaba de la Honda, un cohete, y ha aupado a su más reciente campeón del mundo, Jorge Lorenzo, que este sábado cortó una maravillosa racha del australiano, que sumaba tres poles consecutivas en esta la primera carrera del año. Hasta ahora.
Las Yamaha están de vuelta. Porque no solo auparon a Lorenzo a la primera posición de la tabla de clasificación con un tiempo de récord (1m, 54,6s), sino que, además, colocaron a las otras tres M1 entre los seis mejores tiempos. Así, al mallorquín le seguía Stoner, a dos décimas; pero Crutchlow, una Yamaha satélite, quedaba a sólo tres décimas. Y Spies, compañero de Lorenzo, a ocho. Hayden, con la misma Ducati que dejó a Rossi duodécimo, a 2,1 segundos del primero, fue quinto a un segundo, solo dos décimas más rápido que la última Yamaha, la de Dovizioso, un recién llegado a la fábrica de los diapasones.
“Algo ha cambiado este año aquí”, decía Lorenzo rebosante de felicidad. “Yamaha ha trabajado muy bien durante el invierno. Y eso se ve porque no estoy solo delante. Tenemos un hándicap en cuanto a velocidad punta, pero la moto trabaja muy bien en las curvas y a la entrada de estas, en frenada; es muy estable”, explicaba. Cuando llegó al corralito y aparcó su moto junto a la de Stoner este se despidió de él: “Mañana te escaparás”, rio. Pero el mallorquín no vende la piel del oso antes de cazarlo.
Algo ha cambiado este año aquí”, decía Lorenzo rebosante de felicidad.
La sorpresa negativa de la jornada, al margen del descalabro de Rossi con una Ducati que sigue rebelándosele, fue la clasificación de Dani Pedrosa (séptimo, a 1,2 segundos), que no ha conseguido encontrarse cómodo con su moto en todo el fin de semana después de llegar enfermo a Catar, con un catarro y algo de fiebre: “Hay que mejorar el paso por curva, afinar la moto en los cambios de dirección y la salida de las curvas, antes era nuestro punto fuerte, pero ahora tenemos problemas”, concedió.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.