El césped, en el punto de mira

Sin justificar el resultado del partido, Josep Guardiola y varios jugadores del Barcelona se quejaron del mal estado del terreno de juego de San Siro. Un césped excesivamente resbaladizo que provocó que a muchos jugadores les costase mantener el equilibrio. “Ha tenido mucho mérito poder jugar bien al fútbol en este campo que patinaba mucho y en el que era fácil resbalarse. El campo estaba muy peligroso”, aseguró el técnico tras el partido. “Es un problema que tiene el estadio, ¿y qué hacemos? ¿Les obligamos a jugar en otro lugar?”, se cuestionaba Mascherano.

Tras el pitido final, una representación del club azulgrana se reunió con el árbitro del encuentro, el búlgaro Mikailai Varabyov, para mostrarle su disconformidad con las condiciones del terreno de juego. Quejas que el colegiado recogería en su informe y que serán revisadas por la UEFA.

El Milan, por su parte, se ha defendido de las acusaciones por medio de un comunicado publicado en su página web, donde defiende que las condiciones del césped fueron consideradas “idóneas” tanto por el árbitro como por los delegados de la UEFA durante la inspección previa al partido. El conjunto italiano justifica también en la misma nota que el terreno no fuese regado una hora antes de disputarse el partido como establece la normativa europea, ya que “las altas condiciones de humedad registradas por el terreno” no lo aconsejaban.

A la espera de la resolución de la instancia, el Barcelona se ha entrenado esta mañana en las instalaciones del Inter de Milán, en Interello, dada la jornada de huelga general que se está desarrollando en España y que ha impedido a la expedición blaugrana regresar a la ciudad condal.