“Yo soy blanco o negro, y este año toca blanco”

La cara de Jorge Lorenzo es el espejo de su alma. Cuando las cosas no van como él desea, frunce el ceño y niega con la cabeza. Cuando todo funciona según sus planes, esboza una sonrisa sincera y hasta se prodiga en arrumacos a los suyos. Al mallorquín tuvieron que enseñarle en plena adolescencia a dar los buenos días a sus mecánicos cuando entraba al taller; hoy ya no es necesario recordárselo, aunque en ocasiones se le olvida: “No soy un hipócrita”, suele defenderse él. Por eso, cuando sus ojos desprenden felicidad, como ocurrió este domingo en Jerez tras realizar un simulacro de carrera a un ritmo excelente y después de dominar la tabla de tiempos durante casi toda la jornada, es señal de que trae buenas noticias.

“Estoy muy contento –admite-, no confiado, porque Stoner y Pedrosa van muy fuertes, pero ya no existe la gran diferencia que nos separaba el año pasado”, dice. Explica el corredor que hace unos meses su amigo Ricky Cardús (piloto de Moto2) le dijo que le veía despreocupado, como si no se tomara las cosas en serio. “Yo soy blanco o negro, le dije, no me van los tonos grises. Y este año toca blanco: ir a dormir pronto, seguir la dieta al 100% y entrenar mucho”. “Estamos felices, esta pretemporada hemos dado muchas vueltas y tandas largas, además, hemos conseguido tiempos muy buenos con neumáticos gastados”, concede Ramón Forcada, jefe de mecánicos del de Yamaha, cuyo optimismo nunca es gratuito. Explica que, a diferencia de lo que ocurrió el año pasado, la moto ha ido bien desde el primer día que la pusieron en pista. Y confirma el estado de euforia contenida de Lorenzo y su equipo: “Si empiezas bien y además mejoras, eso te da una motivación extra y te invita a pensar que puedes seguir mejorando. No ves el límite”, añade. “La moto tiene bastante aceleración y ha mejorado en velocidad punta: en los entrenamientos de febrero en Sepang [un circuito más largo] perdíamos 1 ó 2 km/h en las rectas respecto a la Honda mientras que el año pasado perdíamos 5 ó 6. Además, tenemos más aceleración: la 800cc era más vaga en la salida de las curvas”, cuenta el piloto.

"El año pasado me sentía como Alonso con el Ferrari"

Quizá asfixiado por la responsabilidad de defender el título de campeón del mundo en 2010, Lorenzo se estancó el pasado invierno al ver que su M1 era peor de lo que esperaba y que la fábrica japonesa difícilmente había corregido los puntos débiles de la máquina. La Yamaha no respondía y él tampoco se enchufaba más que cuando salía a la pista los domingos. “Me veía fuerte, pero cuando la moto no es competitiva no puedes hacer mucho, por eso cometí algún error, de hecho creo que logré mejores resultados de los que las prestaciones de la moto merecían, una cosa parecida a lo que le pasa a Alonso con el Ferrari”. Sin embargo, con el aumento de cilindrada a 1.000cc la casa de los diapasones se ha puesto las pilas: como explicaba Lorenzo, la potencia del motor, el gran hándicap de Yamaha en 2011 en comparación con sus vecinos de Honda, ya no es un problema: “Se ha corregido del todo; aunque nunca es suficiente, ahora nos esforzaremos en aprovechar todas las prestaciones del motor, que son muchas”, coincide Forcada.

Hasta el mismísimo vice-presidente de HRC (Honda Racing Corporation), Shuhei Nakamoto, señaló a la Yamaha M1 de 1000cc como la máquina más completa de la parrilla de MotoGP. “Nakamoto siempre se infravalora para que los demás nos conformemos, pero no hay que fiarse de él”, señala Lorenzo. “Todavía quedan cosas que mejorar, sobre todo el comportamiento del chasis en aceleración, pues al tratarse de una moto de tanta potencia este sufre mucho. Buscamos una mayor estabilidad”, indica Forcada. “El potencial es enorme”, dice Lorenzo.

Si bien, por muchos elogios que salgan de boca de Nakamoto, la Honda no le va a la zaga. Los entrenamientos de estos últimos tres días en Jerez sitúan a Stoner y Lorenzo como los grandes favoritos al título, sin olvidar a un siempre preciso Pedrosa, que les sigue de cerca. Es más, si Stoner fue quien se apuntó en los últimos minutos la vuelta rápida en el trazado andaluz, solo 0,173s más rápido que Lorenzo, fueron los españoles quienes exhibieron un ritmo excelente en sendos simulacros de carrera (26 vueltas, mientras Stoner no dio más de 10 seguidas) que ambos cerraron en tiempos similares: una media de 1m,40,3s para Lorenzo y de 1m,40,5s para Pedrosa. “Aunque yo las hice con gomas gastadas, así que es posible que hubiera podido rodar aún más rápido”, puntualiza el mallorquín. “La Honda sigue siendo muy competitiva, la diferencia es que la Yamaha está más cerca; no soy yo el único que va rápido con ella, también Spies, Crutchlow y Dovizioso”. Ya no hay una brecha entre Yamaha y Honda. Y Lorenzo sonríe. Stoner parece que vuelve a tener rival.