Jugando al ataque ahora, Freire también cae ante Boonen

Dime como pierdes un día y te diré como perderás el siguiente, dice el dicho que refleja, en blanco blanquísimo y negro, sin matices, eso que parece tan sutil de las dinámicas del éxito y su acompañante, el fracaso. El viernes, Óscar Freire, fiel a su estilo, intentó remontar el sprint de Tom Boonen en los últimos metros del E3 de Harelbeke. Se quedó a un tubular de la victoria. “Salí demasiado tarde”, se disculpó el cántabro. “No conocía la llegada”. Dos días después, nueva oportunidad. Un pequeño grupo se juega al sprint la victoria en la gante-Wevelgem. Freire, entre ellos, claro, y Boonen, que volvió a ganar. ¿Cómo perdió en esta ocasión en el tricampeón mundial? Elemental, traicionando su estilo, intentando anticiparse al sprint. “Esta vez arranqué demasiado pronto”, dijo Freire. “Traté de anticiparme a todos porque sabía que Boonen estaba muy fuerte”.

Esta vez arranqué demasiado pronto” Oscar Freire, tras cruzar la meta

Freire al menos se libró de la caída que arrastró a Rojas a sus espaldas, pero no solo le adelantó con claridad el belga que está que se sale, sino otro par de ciclistas también, el danés Breschel, tercero, de nuevo en un podio clásico, y el eslovaco Peter Sagan, quien terminó segundo a un soplo de Boonen y logró a los 22 años su primer podio en una gran clásica: todo un presagio a una semana justa del Tour de Flandes, donde el jovencito del Liquigas, un ganador nato que no conoce los sentimientos llegada la última recta, se presenta como alternativa al presunto duelo entre Cancellara, quien se probó en la Gante con un duro ataque, y Boonen, que su quinto E3 del viernes ha sumado el domingo su tercera Gante-Wevelgem.

Mientras lo clasicómanos en bloque han montado sus tiendas de campaña en Flandes, los chicos-Tour se dividieron durante la semana. El contingente más numeroso disputó la Volta a Catalunya, una carrera a la que las circunstancias en forma de nevada, hielo y caídas convirtieron en un caos que hizo que todo el interés se acabara el miércoles, el tercer día, con la suspensión de la etapa reina, la única llegada en alto, y la retirada de los grandes nombres: Andy Schleck, Wiggins y Valverde. Con ello, el fugado del primer día, Michael Albasini, no tuvo problemas en resistir con el liderato hasta el domingo en una carrera cuyos últimos días solo sirvieron para que el colombiano Rigoberto Urán mostrara su buena punta de velocidad y Samuel Sánchez, uno de los pocos grandes que no se fue a casa, justificara su permanencia con una victoria de etapa.

Otros hombres Tour prefirieron un fin de semana más cómodo y cálido en Córcega, donde sábado y domingo se disputó el Critérium Internacional con la participación de, entre otros, Fränk Schleck –el ganador en 2011, cuando la polémica del carenado en el pecho para la contrarreloj—y de Cadel Evans, tercero y primero, respectivamente, en el último Tour. El australiano ganó la contrarreloj del sábado y se mostró fuerte en la llegada al col de l’Ospedale el domingo, y se llevó la general, su primera victoria del año, mientras que el mayor de los hermanos Schleck ni se dejó ver este año.