La ira de la frustración
Al pitarse la falta que originó el empate del Villarreal, Mourinho se dirigió con rabia a Granero para recordarle la suya ante el Málaga Fue tras el gol cuando cargó contra el árbitro, al que insultó
“Filho de puta, filho de puta”, dijo José Mourinho tras el gol de Senna. Lo dijo señalando con el dedo y mirando al centro del campo, donde estaba el colegiado José Luis Paradas Romero, según las imágenes que emitió ayer Cuatro. Pepe no fue el único que llamó “hijo de puta” al colegiado. También lo hizo su técnico. El central, en el túnel de vestuarios. El entrenador, en el campo.
Cuando en el minuto 81 el colegiado pitó una falta de Altintop al borde del área, Mourinho se levantó del banquillo. No para protestar, sino para abroncar a Granero. Se le acercó para recordarle que cuatro días antes, contra el Málaga, el canterano había hecho una falta similar. En esa ocasión también acabó en el gol del empate. También fue en los minutos finales. Lo que desató la ira de Mourinho en el Madrigal no fue la falta. Fue el gol. Así lo revelan las imágenes. Después de echarle la bronca a Granero, el técnico volvió a sentarse en el banquillo. Ahí sentado vio el lanzamiento de Senna. Es tras el gol cuando se levanta y sale disparado de la zona técnica, aplaude a los suyos —“¡vamos, vamos!”— y señala con el dedo al colegiado: “Filho de puta, filho de puta”, repite. Consciente de los insultos, se gira para enfilar el túnel de vestuarios. Ya está de camino cuando Paradas Romero se le acerca para enseñarle la segunda amarilla. El colegiado le echó “por salir del área técnica haciendo observaciones”. No debió escuchar los insultos porque no los reflejó en el acta. Sí los escuchó la temporada pasada en el partido de Copa contra el Murcia. “Una vez amonestado, se dirigió a mí diciéndome: ‘Vete a la mierda”, escribió entonces. El Comité Técnico de Árbitros, consultado ayer por este periódico, no se pronunció sobre si actuará de oficio como pidió su presidente, Victoriano Sánchez Arminio, se hiciera con Piqué cuando este dijo haber sido expulsado “de forma premeditada” en el Barça-Sporting.
Filho de puta, filho de puta", le dijo Mou en portugués a Paradas Romero
Mourinho y su preparador físico, Rui Faria, no fueron los únicos que se marcharon del campo antes de tiempo. Dos minutos después del gol de Senna, Sergio Ramos arrolló a Nilmar. Segunda amarilla y expulsión. También se encaró con el colegiado. “Te has cargado el partido, te has cargado el partido”, le dijo. “Es que son muy malos...”, repitió. Özil acabó expulsado dos minutos después “por aplaudir en forma de mofa” al colegiado. El alemán se encaró con el público antes de meterse en un túnel de vestuarios cada vez más lleno de gente.
Llevaba Mourinho varias semanas sin polemizar con el tema arbitral. En Moscú, donde el CSKA empató en una jugada a balón parado en el minuto 92, dijo que los árbitros pueden equivocarse y no pasa nada. “Estaba muy lejos, no podría decir con certeza lo que ocurrió. Lo que sí he visto bien ha sido una falta a Cristiano en la jugada anterior al gol del CSKA. Estaba el árbitro y el cuarto árbitro al lado y no lo han visto. Es parte del juego. Es el fútbol. El árbitro, a veces, se equivoca”, subrayó. Era el 21 de febrero, cuando los 10 puntos de ventaja sobre el Barça y cuando el Madrid contaba los partidos por victorias. El domingo pasado empezó a verse el Mourinho de siempre. Si contra el Betis le fue imposible ver las manos de Xabi y Sergio Ramos porque estaba muy lejos, contra el Málaga achacó el empate al colegiado en tres ocasiones. “Empatar es parte del campeonato, del mismo modo que el árbitro ha tenido dos errores muy grandes. Puede equivocarse, no critico al árbitro, digo simplemente que se ha equivocado”, apuntó.
El Madrid dice que no habrá rueda de prensa antes del partido contra la Real
Fueron sus últimas declaraciones. El martes mandó a Karanka a sala de prensa y en Vila-real decidió que no hablara nadie. Tampoco habló nadie ayer en un acto en el Bernabéu al que acudió Mourinho —el presidente le dio un abrazo— con Sergio Ramos, Casillas y Benzema. Ni Florentino Pérez, ni los jugadores, ni Pardeza, ni Butragueño, ni por supuesto Mou, quisieron hacer declaraciones. Ayer a media tarde el club anunció en su web que hoy nadie ofrecerá una rueda de prensa previa al partido de mañana ante la Real Sociedad.
“Lo que no era normal”, tronó Mourinho el domingo tras empatar contra el Málaga, “es ganar cada partido, no empatar un partido”. En el Madrigal empataron otro y la tranquilidad que se intentó transmitir después del Málaga se transformó en una noche de histeria. Lo testimonian las imágenes, los insultos, las expulsiones y también el once titular. Mourinho optó por un centro del campo defensivo: Lass, Khedira, Xabi. Lass vio amarilla en el minuto 4 y fue sustituido en el 28. Es la sexta vez que el francés juega de inicio y no empieza la segunda parte.
Esta temporada Mourinho había elegido el trivote en tres ocasiones: contra el Valencia en Liga, en el primer partido exigente de la temporada (2-3); contra el Málaga en la vuelta de octavos de Copa (en la ida ganó 3-2 en el Bernabéu y no quiso arriesgarse en la Rosaleda); y contra el Barça en la ida de cuartos de Copa (1-2). Esa noche el público acabó pitando a Mourinho. “Entiendo al madridismo, pero no lo escucho”, espetó. Lo escuchó porque a partir de ahí pobló el centro del campo de futbolistas técnicos. Granero empezó a escoltar a Xabi (coincidiendo con la lesión de Khedira) y Kaká a hacer pareja con Özil.
La frenada en la pegada y en el juego arrollador del Madrid (victorias por la mínima en Getafe, Vallecas y el Villamarín y empate en los dos últimos partidos de Liga) ha despertado de nuevo la vena más conservadora del técnico portugués. Sus equipos siempre han sufrido en el tramo final de la temporada. En su primero y segundo año en el banquillo del Oporto perdió 7 y 10 puntos, respectivamente, en las últimas 11 jornadas. En su primero y segundo año en el Chelsea, seis y 11. Y en el Inter, nueve la primera temporada y 10 en la segunda. Es decir, 53, o lo que es lo mismo, 7,5 de media por temporada. Solo una vez, sin embargo, se le escapó el título (2006-07, con el Chelsea).
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