Coutinho y Verdú imponen su ley

El Racing se desplegó en Cornellà con la pose de los equipos plenamente convencidos de sus limitaciones, obsesionados en la custodia de su portería, atenazados por los grilletes de la clasificación. Sin embargo, no había transcurrido un cuarto de hora y ya dominaba por 0-1. El mérito fue de Adrián, un lince por la banda izquierda, y de Stuani, que leyó a la perfección la jugada y pidió el centro justo donde le llegó para rematar a la red. De esta forma penalizó el primer pero gravísimo desajuste de la defensa del Espanyol en una salida de Amat, mal sincronizada y mal corregida por sus compañeros.

El Espanyol, dueño del balón y amo del terreno, tejió y tejió. Verdú, tras una pared con Sergio García, la colocó en la escuadra desde el vértice del área. Y Coutinho enganchó un tiro inapelable desde fuera del área tras un mal rechace de la defensa. Consumada la remontada, el Racing acabó de apagarse con la tonta expulsión de Gullón nada más empezar la segunda parte.

Por momentos se impuso la paradoja que rige en el fútbol. El Espanyol jugó peor contra 10 que contra 11. Perdió la posesión, no combinó como en la primera parte y concedió dos ocasiones que provocaron dos grandes sustos. Casilla se lució en un tremendo disparo lejano de Adrián y también atajó un buen remate de Kennedy. Verdú, que jugó con molestias, provocó una tarjeta amarilla que le valdrá la suspensión en el próximo partido ante el Betis. Lo relevó acto seguido Romaric, que restableció el control del juego para el Espanyol. A la salida de un saque de esquina, un despeje demasiado suave de Toño lo aprovechó Coutinho. Su cabezazo no encontró portería sino otra cabeza, la de su compañero Hector Moreno, que zanjó la contienda. Quedaban 10 minutos, pero el Racing se rindió por anticipado.

El Espanyol, sin alardes ante el Racing, consiguió el objetivo que perseguía, regresar a la sexta plaza, una de las que clasifican para Europa la próxima temporada. La mala noticia fue la lesión de Sergio García. Sufre una rotuda fibrilar en la pierna derecha. A falta de las pruebas a las que será sometido hoy, las primeras previsiones apuntan a un periodo de entre dos y cuatro semanas de baja.