Mike D’Antoni no puede con el estrellato de Nueva York

Mike D’Antoni ya no es el entrenador de los Knicks. El equipo de Nueva York reincide en sus males endémicos. Sus pretendidas figuras acaban apagándose en un sinfín de desatinos. Esta temporada reunió lo que se dio en considerar un big three, un trío de lujo formado por Carmelo Anthony, Amare Stoudemire y Tyson Chandler. Sus resultados no fueron buenos, pero el efecto que inyectó un jugador postergado al último lugar del banquillo hasta el pasado 4 de febrero, como Jeremy Lin, hizo concebir unas esperanzas que se han esfumado en un par de semanas. Tras sumar su sexta derrota consecutiva y situarse en la novena plaza de la Conferencia Este, con 18 triunfos y 24 derrotas, el guirigay en que se había convertido el equipo desembocó en la ruptura con su entrenador Mike D’Antoni.

Con la fama de ser uno de los entrenadores que auspician un juego rápido y espectacular a la vez que práctico como demostró con los Suns de Phoenix, con los que fue elegido el mejor técnico del año en 2005 y logró estar durante cuatro en los playoffs llegando dos veces a las finales de Conferencia, D’Antoni fue fichado por los Knicks en 2008. Sucedió en el cargo a Isiah Thomas.

La pasada temporada, después de que se fichara a Carmelo Anthony, procedente de los Nuggets de Denver, fue la única que despertó expectativas de que el proyecto podía por fin prosperar. Por primera vez este siglo con un balance positivo, 42 triunfos y 40 derrotas, los Knicks se metieron en playoffs, algo que no conseguían desde 2004. Pero fueron eliminados por los Celtics.

El equipo se reforzó con Chandler, clave en el anillo que obtuvo Dallas, y también con el veterano base Baron Davis. Precisamente en la apertura de la presente temporada se repitió el duelo entre Knicks y Celtics. Un día antes. D’Antoni declaró: “La presencia de Chandler en nuestro equipo no mete de manera automática en la carrera por el título”.

Sin embargo, las brechas en la química del equipo se entreveían antes del inicio de esta temporada. Habían quedado muchas dudas sobre el entendimiento entre Anthony y Stoudemire. Y también sobre los métodos de D’Antoni, que según algunos críticos, no dan los resultados apetecidos cuando no se dispone de un base del talento y la inteligencia de Steve Nash, su prolongación en la cancha cuando estaba en los Suns.

La tremenda eclosión de Lin, que promedió 25 puntos y 10 asistencias en sus 11 primeros partidos de titular y en los que el equipo sumó nueve victorias y dos derrotas, empezó a difuminarse precisamente con el regreso al equipo de Anthony, ausente durante varios partidos a causa de una lesión, y también de Stoudemire, que se ausentó porque perdió a un hermano en un accidente de tráfico.

Desde entonces, y a pesar de que el equipo se reforzó con la llegada de JR Smith, todo ha ido a peor y el equipo ha perdido ocho de sus últimos diez partidos, los seis últimos seguidos. Los jugadores además han ofrecido una imagen deplorable, dentro de la pista y fuera de ella también, con declaraciones en las que se acusaron de no actuar en equipo y de no jugar con suficiente dureza.

Por el momento, se hace cargo de la dirección técnica del equipo Mike Woodson, exentrenador de los Hawks de Atlanta y uno de los ayudantes de D’Antoni. En principio, Woodson se haría cargo del equipo hasta la próxima temporada, aunque se han disparado algunos rumores que ya se habían difundido en las últimas semanas en el sentido de que los Knicks apostarán por un entrenador de trayectoria contrastada. Entre ellos está Phil Jackson, que en principio se retiró tras concluir la temporada pasada con los Lakers, y también Jerry Sloan, que dimitió también la pasada temporada como entrenador de los Jazz de Utah.