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GOLF

El niño de la lavadora

Rory McIlroy es un jugador prodigio que a los dos años entrenaba el swing y a los nueve salía en televisión

Juan Morenilla

Tenía solo nueve años y acababa de ganar el Mundial sub 10 en Florida. Era un niño de sonrisa pícara y pelo rizado, vestido de personita mayor, con unos pantalones negros, cinturón y polo. Esa noche fue la estrella del programa televisivo Kelly Show. El presentador le preguntó cómo entrenaba esos golpes geniales que ya daba a esa edad. Rory McIlroy respondió que lo hacía en casa… con mucha imaginación. Abría la puerta de la lavadora y desde unos metros golpeaba la bola para tratar de introducirla en el tambor. Un ejercicio de puntería para el pequeño norirlandés en la humilde casa familiar de Holywood, cerca de Belfast. Su madre, Rosie, presenciaba atenta los ensayos. De repente, en el plató de televisión apareció… la famosa lavadora, y McIlroy comenzó a probar, hasta que hizo bingo entre los aplausos de los espectadores. Antes había hecho malabares con la bola y el palo, donde toques jugando como si fuera un futbolista.

McIlroy se convirtió el domingo en número uno del mundo con 22 años y 10 meses. Demostró, como en aquel programa de televisión, que es un niño prodigio. Desde los dos entrena el swing, su mejor golpe, a los nueve comenzaba a ser conocido, a los 17 era líder de la clasificación mundial amateur, con 20 ya había ganado su primer título profesional, y ahora, con 22, tiene un grande (Open de Estados Unidos 2011) y es el mejor del mundo.

Rory es un genio que nunca ha trabajado en otra cosa que no sea jugar al golf, amamantado en el deporte por la afición de su padre, jugador amateur que compaginó varios trabajos para financiar la carrera de su hijo. También Tiger Woods fue educado desde muy niño en la práctica del golf, en su caso por un padre exmilitar que le llevaba a entrenarse, bajo métodos muy estrictos y disciplinados, después del trabajo. Woods fue número uno mundial con 21 años y medio, más joven que McIlroy. “Tiene mucho que aprender”, ha dicho estos días El Tigre de su sucesor. El californiano acabó el Honda Classic con 62 golpes, la mejor vuelta final de su carrera, pero no pudo evitar que McIlroy consiguiera el título y el cetro mundial. El futuro es de este chico con pinta de adolescente, enganchado al twitter y pareja de la tenista Caroline Wozniacki, con la que ha participado en una exhibición de tenis en el Madison Square Garden. “Ahora estoy más centrado y estoy trabajando más que nunca”, dijo McIlroy. El niño de la lavadora es hoy el mejor del mundo.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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