Bilbao, el triunfo de la reinvención
El Gescrap Bizkaia, con cinco exmadridistas, da la sorpresa al entrar en el club de los ocho mejores equipos de la competición
El Gescrap Bizkaia ha sabido reinventarse a lo largo de su corta historia para alcanzar el prestigioso lugar que ocupa hoy en la Liga y en Europa. El equipo de Fotis Katsikaris, que llegó en 2010 en sustitución de Txus Vidorreta, apuntó maneras ya la pasada temporada, cuando alcanzó por primera vez la final de la ACB, que perdió ante el Barcelona, tras eliminar al Madrid, y se clasificó para la fase de grupos de la Euroliga. La incorporación de Roger Grimau, Raúl López y D’or Fischer tras el adiós de Paco Vázquez, Javi Rodríguez y Hernández-Sonseca han dado al conjunto una renovada solidez, apuntalada por el papel del técnico heleno. Katsikaris ha basado en el trabajo duro, la concentración permanente y una estrecha relación con sus jugadores su seña de identidad. Hoy el Bilbao está entre los ocho mejores equipos de la Euroliga.
El técnico apuesta por el espíritu colectivo para instalarse en la élite del baloncesto español. Desprovisto de grandes estrellas y sobre todo de grandes tiradores (su eterna debilidad), el conjunto bilbaíno ha desarrollado anchas espaldas y determinación. Es experto en liderar victorias difíciles y sus jugadores no se rinden con facilidad. Le fallaba y le sigue faltando una mejor estrategia defensiva individual y la habilidad para mantener un juego dinámico, pero suple sus defectos con gallardía. Cinco de sus jugadores, Josh Fisher, D’or Fischer, Álex Mumbrú, Axel Hervelle y Raúl López, son exjugadores del Real Madrid.
El entrenador del Gescrap Bizkaia se felicita por tener “jugadores natos que no se rinden nunca”. El base Aaron Jackson es uno de los mayores exponentes de esta afirmación. Fue él el artífice de la aparatosa derrota del Real Madrid ante los hombres de negro en la Euroliga. El estadounidense está bien coordinado con D’or Fischer, un tándem que anotó 40 puntos en conjunto ante el Real Madrid en el último partido de Liga.
Otro papel fundamental es el que desempeña Raúl López, al que no le tiembla jamás la muñeca en los momentos difíciles. Suyo fue el tiro que permitió a los bilbaínos vencer al todopoderoso Montepaschi Siena en el último segundo hace unos días. El pívot estadounidense D’or Fischer, ausente por lesión en el choque de ayer ante el Unicaja, ha ocupado el papel de tirador certero y temible, por envergadura y aplomo, aunque el equipo a veces sufra su irregularidad. El catalán Roger Grimau, en su caso, ha aportado su experiencia y serenidad cuando los de Katsikaris pierden el aliento.
Desprovisto de grandes estrellas, los de Katsikaris se han apoyado en jugadores expertos para colarse entre la élite europea
En noviembre del año pasado, el Bilbao firmó el patrocinio por cuatro años con Gescrap-Reimasa (aporta dos millones por ejercicio), un grupo especializado en la recuperación de residuos de origen férrico con una planta en la localidad vizcaína de Sestao. El acceso a la élite europea del Top 16 reforzó, sin embargo, la posición del equipo de cara a nuevos patrocinios y a la publicidad. Con un presupuesto que supera ligeramente los 11 millones de euros, el equipo bilbaíno se ha revelado una apuesta “fiable”, según sus directivos. En sintonía con nuevo estatus, el equipo también amplió su aforo recientemente, hasta superar las 10.000 localidades.
Tras superar una cierta bipolaridad en la Liga y la Euroliga (brillaba en la primera y no levantaba la cabeza en la segunda) esta temporada, el equipo bilbaíno ha demostrado su capacidad de superación. No ha andado el Bizkaia sobrado en su camino por la Euroliga, pero siempre ha mantenido la cabeza alta, casi tanto como sus expectativas. Codearse con el CSKA o el Panathinaikos las cumple.
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