El largo camino de Mel
El entrenador del Betis alcanza ante el Getafe su partido 50 en Primera 11 años y medio después de su debut
El partido del Betis ante el Getafe tiene algo de especial para Pepe Mel. El técnico del equipo andaluz cumplirá su partido 50 en Primera División. Un dato de por sí poco destacable si no fuera porque la efeméride le llega al entrenador 11 años y medio después de su estreno en la máxima categoría, con el Tenerife, en la temporada 2001-02. Mel, nacido en 1963, alcanzó los banquillos de Primera el 26 de agosto de 2001, en un choque frente al Alavés, con 38 años. Ahora, a punto de cumplir 49, llega a los 50 en Primera.
El madrileño, que solo había entrenado con anterioridad al Coslada, en Tercera División, y al Murcia, en Segunda División, fue la apuesta estelar de un Tenerife en el que dejó un hueco tremendo Rafael Benítez, que abandonó la isla para hacerse cargo del Valencia. En Tenerife buscaron repetir la experiencia positiva con un técnico parecido a Benítez, joven, con proyección, de pasado madridista y con ganas de comerse el mundo. La apuesta le duró al Tenerife 26 jornadas: el equipo se instaló en puestos de descenso a pesar de un inicio prometedor. Mel era destituido después de una derrota ante el Rayo Vallecano y uno de los técnicos más prometedores del panorama nacional iniciaba un largo camino por los campos de Segunda B y Segunda A hasta regresar a la elite. Por el camino quedaron el Getafe (2002-03), Alavés (2003-04), Poli Ejido (2004-06) y por último el Rayo (2007-10).
En el verano de 2010 fichó por el Betis, en Segunda e inmerso en una situación económica muy negativa. Capitaneó un ascenso impecable del equipo andaluz como campeón de la categoría de plata. Mel disfruta ahora en Sevilla, en un equipo que tiene ganas de mirar hacia arriba y al que, con todas sus limitaciones, le ha dado un estilo. No obstante, alcanzar estos 50 partidos ante el Getafe no ha sido un ejercicio nada fácil. Después de un inicio fulgurante de Liga, con cuatro victorias seguidas, el equipo entró en crisis. Mel, cuyo sueño es llevar al Betis a Europa, se vio más fuera que dentro después de una racha de 10 partidos sin conocer el triunfo. El club andaluz, en una decisión casi sin precedentes, decidió mantenerlo en el banquillo. “Hubiera entendido cualquier acción en ese momento. El Betis, en la persona de su presidente, Miguel Guillén, fue muy valiente”, admite ahora Mel, al frente de un equipo a seis puntos del descenso y a tres de posiciones europeas. A sus íntimos les dice que no se sentirá plenamente satisfecho hasta que no escuche el himno de la Liga de Campeones en el Benito Villamarín. Por dedicación no quedará, ni por tiempo. Lo demuestran los 11 años y medio que ha tardado en dirigir 50 partidos en Primera.
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