“En el mar ganamos un oro y en tierra nos dieron una plata”
La pareja más laureada de la vela española no sabe aún si competirá en sus terceros Juegos
Son las 2.30 de la madrugada, en algún punto en el Océano Índico entre Sri Lanka e Indonesia, cuando Xabi Fernández (Ibarra, País Vasco; 1976) contesta al teléfono vía satélite a bordo del Telefónica, la embarcación española que compite en la Vuelta al Mundo de vela. Xabi acaba de hacer la guardia. Cerca de él esta su inseparable Iker Martínez (San Sebastián; 1977). Llevan juntos desde hace 15 años y lo han ganado todo en el agua. Nombrados mejores regatistas mundiales de 2011, uno no se entiende sin el otro. Hasta sus mujeres se quedaron embarazadas el mismo día.
Pregunta. En Pekín creían haber ganado el oro, pero fueron plata después de que los jueces no consideraran ilegal una maniobra del equipo danés. ¿Cómo lo recuerdan?
Xabi Fernández. Como no hemos parado desde entonces, parece que hayan pasado muchos años, pero son solo tres… Fue una medalla con una historia un poco desagradable. En el mar ganamos un oro y en tierra nos dieron una plata. Nos quitaron una y nos pusieron otra en el cuello. No estuvo bien. No fue justo. Sentimos impotencia y rabia. No lo entendimos. Al final no pudimos darle más vueltas, sino volvernos contentos. Una medalla olímpica es algo dificilísimo.
Iker Martínez. No recuerdo disfrutar como después del oro de Atenas. Entonces fue una alegría total. En Pekín pasó algo extraño. Nos intentamos obligar a disfrutar, pero no lo conseguimos. Luego hemos aprendido a valorarlo, a conformarnos.
P. ¿Algún momento especial?
X.F. Pekín fueron unos Juegos muy duros. El campo de regatas no nos venía bien. Dos días antes del final teníamos la medalla muy difícil, pero no nos rendimos y peleamos. Tuvimos que llegar muy finos de forma por el poco viento. Iker y yo somos pesados para el 49er, así que adelgazamos mucho. Nuestro peso normal entre los dos es de 155 kilos. Bajamos hasta los 140.
I.M. Recuerdo mucho sufrimiento. Eran las peores condiciones para nosotros. Hicimos un trabajo inmenso con el físico y la alimentación. Transformamos nuestro cuerpo. Yo no había pasado tanta hambre nunca. ¡Bajé casi 10 kilos! La alimentación era algo obsesivo. Es un recuerdo horrible. Lo que me cambió totalmente la mentalidad fue que el problema era la cantidad de comida. Siempre quería comer más de lo que podía. Daba igual si era filete o pescado.
P. ¿Qué tienen unos Juegos?
X.F. Mucha presión. Regatas haces mil, pero en unos Juegos no puedes fallar. Como en Pekín no hay mar, estábamos en Qingdao, más concentrados. Fue una pena no ver a los demás deportistas.
I.M. No hay excusas. Sabes que es una ocasión única. En los Mundiales tienes grandes éxitos o decepciones, pero siempre hay una revancha. En los Juegos, sea justo o no, es lo que hay. Y esto no es el fútbol. Por una vez tenemos mucha repercusión mediática.
P. ¿Sus opciones para Londres?
En los Juegos, sea justo o no, es lo que hay. No hay revancha
X.F. Si la federación quiere, iremos con el 49er, aunque este año es diferente. Estamos en la Vuelta al Mundo y la preparación así es complicada. No podemos asegurar el rendimiento que vayamos a tener. Por eso renunciamos al ADO. Creímos que era lo justo, lo que tocaba. Se montó mucho revuelo. Era de ciencia ficción cobrar un ADO dando la Vuelta al Mundo y sin prepararnos al 100%.
I.M. Si no llegamos a parar y hacer otra cosa, ahora estaríamos medio locos, con el cerebro fundido. Pensábamos no ir a los Juegos. Ahora puede ser viable. No hemos desconectado. Hemos hecho pequeñas concentraciones. En los Juegos lo daríamos todo.
P. ¿El equipo español?
X.F. Se ha regenerado con un gran nivel, hay gente nueva muy buena.
I.M. Todo el mundo se ayuda. Hay regatistas a punto de explotar. No será como en Barcelona 92, pero en Londres podemos dar la gran sorpresa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.