Otra faena de Michu
El Rayo se ventila a un triste Getafe merced al estado de gracia de su delantero y la puntería de Diego Costa
Cuando la calidad no sobra los goles son una bendición. El Rayo Vallecano va engordando su hucha de puntos para permanecer en Primera a base de denuedo, pero sobre todo gracias a la puntería de sus delanteros. Michu primero y Diego Costa después se ventilaron a un triste Getafe y se apuntaron el otro derbi madrileño. Era una tarde para currantes, para remangarse ante el frío y la adversidad, sin echar la culpa al empedrado, y mientras el Rayo asumió la faena el Getafe se mostró perezoso.
Con el campo escarchado y la banda de tribuna en sombra, las primeras carreras se desarrollaron por el tendido de sol. Pero a los dos equipos les costó romper a sudar. Apenas un acercamiento del Rayo, que acabó con el choque entre Piti y Moyá, llevó el peligro a las áreas en la primera media hora. Solo la potente zancada de Diego Costa para los locales y el ímpetu de Barrada en los azulones daban vuelo a un pulso instalado en el centro del campo para bostezo de los aficionados. Tímidos arrebatos con más brío que criterio que se perdían en el camino.
RAYO VALLECANO, 2 - GETAFE, 0
Rayo Vallecano: Joel; Tito, Arribas, Pulido, Casado; Javi Fuego, Movilla; Piti (Lass, m. 65), Michu, Armenteros (Diego Benito, m. 86); y Diego Costa (Tamudo, m. 72). No utilizados: Cobeño; Labaka, Michel y Diamanka.
Getafe: Moyá; Valera (Rafa, m. 70), Lopo, Cata Díaz, Mané; Casquero (Arizmendi, m. 78), Míchel, Diego Castro (Lacen, m. 67), Barrada, Güiza y Miku. No utilizados: Codina; Juan Rodríguez, Sarabia y Gavilán.
Goles: 1-0. M. 33. Michu. 2-0. M. 63. Diego Costa.
Árbitro: Álvarez Izquierdo. Expulsó a Michel con tarjeta roja directa (m. 60) por una falta sobre Diego Costa y amonestó a Michu, Pulido, Diego Costa, Lopo, Mané, Güiza y Arribas.
Unos 12.000 espectadores en el Estadio de Vallecas.
Incapaces de hilvanar tres pases seguidos, comenzaron a prodigarse las fricciones -hasta cinco tarjetas amarillas en 30 minutos- mientras el juego languidecía. Pero cuando nada le sale, el Rayo se agarra a Michu. Y la solución le volvió a funcionar.
Le buscaron como bigardo y resolvió como un virguero. Casado colgó un balón al área en busca del corpachón del punta. No lo cazó a la primera de cabeza según el plan previsto, pero cuando la pelota cayó al suelo y se convirtió en una escurridiza pastilla de jabón para todos los defensas del Getafe, fue el más listo a la hora de rescatarla y embocarla ante Moyá. Llegó a Vallecas como mediocentro y muchos entrenadores estuvieron tentados a probar sus 191 centímetros en el centro de la defensa, pero Sandoval decidió promocionarle en misiones ofensivas y la apuesta le está saliendo redonda. Primero desde la media punta y últimamente incluso como delantero, Michu suma ya 11 goles de los 27 de su equipo y se codea en la lista de pichichis con arietes de postín como Benzema, Soldado o Llorente.
El verdugo del Getafe en el Coliséum en la primera vuelta volvía a dar lustre a su condición de jugador revelación frente a los de Luis García. Hipotensos y destemplados, los azulones amagaron con reaccionar tras el descanso más por protocolo que por convicción. Pero, lejos de acumular méritos para el empate, lo que hicieron fue desordenarse en defensa para regocijo del contragolpe rayista.
Un balón en largo bastó al conjunto vallecano para coger a contrapié a la retaguardia azulona. Michel acudió a la cobertura con premura y sin medida y se llevó por delante a Diego Costa. El árbitro le expulsó y ahí desistió el Getafe si es que alguna vez llegó a intentarlo. Apenas dos minutos más tarde y con los azulones aturdidos y desarmados, el propio Diego Costa hurgó en la herida y sentenció el encuentro. Un sencillo cabezazo a centro de Movilla sirvió al delantero brasileño para superar la precipitada salida de Moyá y para engordar su prometedora hoja de servicios. Dos goles en dos partidos desde que llegara a Vallecas hace apenas 15 días procedente del Calderón.
El Getafe protestó los dos goles por entender que ambos se lograron en la frontera del fuera de juego, el Rayo podrá alegar que los encontró porque fue el único que los buscó. Los azulones no remataron ni una vez a puerta, los vallecanos hasta siete. La tarde se prestaba a la siesta pero los vallecanos decidieron ganarse el jornal.
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