Un Atlético de hormigón

El Atlético no ha recogido una sola vez el balón de su portería desde que lo entrena Diego Simeone, desde hace ya cinco encuentros. Suma tres victorias y dos empates, el 73% de los puntos posibles. Lejos quedan los raquíticos números de Manzano, con cinco triunfos en 16 duelos (39% de los puntos disputados), una cifra irrisoria a todas luces para un equipo que aspira a la zona noble al final del curso.

Con Simeone, la grada ha recobrado la ilusión al tiempo que el equipo ha congeniado con el resultado. "Prefiero atacar una vez y meter un gol, que llegar 15 ocasiones y no marcar ni uno", deslizó en su presentación el técnico, toda vez que luego matizó sus palabras y aseguró que cuantas más ataques y dianas, mejor. El Atlético, sin embargo, cumple solo con la primera parte de la frase, escaso en la ofensiva, sensacional en la definición e impecable en la transición defensiva, agresivo hasta el límite.

La mutación se explica en números. De presión ordenada, con Simeone el conjunto recupera 78 balones por encuentro, seis más que cuando estaba Manzano al frente. Pero la clave está en impedir cruzar la frontera al rival, al menos con la pelota atada a las botas; este nuevo Atlético comete 21 faltas por encuentro, tres más que el Mallorca, el líder en la estadística en el total de la Liga. Desde que está Simeone, sin embargo, nadie comete más infracciones que los rojiblancos. "Es fundamental que todos los que estén en el campo se sacrifiquen en defensa y en ataque", explica Adrián. "La defensa y el portero no son solo los culpables del rendimiento defensivo. Los de arriba hacen mucho", agrega Domínguez.

La fase ofensiva, aunque expresiva ante el Villarreal y la Real Sociedad, (tres y cuatro goles respectivamente), no es la virtud del Atlético. Si bien Falcao puntea todo el juego colectivo -sale a un gol por partido desde la llegada de El Cholo-, el subir la cremallera en la zaga supone atacar y chutar menos. Así, firman 12 disparos por choque mientras que con Manzano conectaban 16. "Ahora, a base de trabajo, compromiso y exigencia individual y colectiva se han sacado resultados que, a la hora de la verdad, es lo que importa", intercede Gabi. Sobre todo en campo ajeno, la rémora ejecutora del anterior técnico, incapaz de lograr un triunfo lejos del Calderón, con un solo empate en siete desplazamientos. Eso, en cualquier caso, ya no ocurre.

Sin los lesionados Godín y Antonio López y con la entrada en la convocatoria de Regalón, del filial, el Atlético se mide hoy al Racing en el Sardinero (18.00, Canal+ Liga/GolT). Simeone lo tiene claro: "El equipo crece, pero soy consciente que podemos dar mucho más y eso vamos a exigirnos". Responde, más comedido, Adrián: "Hemos hecho un cambio grande, pero tampoco se puede cambiar de cómo estábamos a perfectos". Pase lo que pase, la receta de El Cholo está más que clara: ser un equipo de hormigón.